💭54💭

389 45 36
                                    

"De lo que sea que nuestras almas estén hechas, la suya y la mía son lo mismo."

-Emily Brontë

[ Aidan]

El sol está intenso a esta hora del día en España, además que pasa mucho más allá del medio día, nos hemos perdido el bufete de cereales que ofrecía el hotel para el desayuno, lo único que quisieron darnos fue un jugo de arandanos, termino el último sorbo cuando noto la intensa mirada de ____.

-¿Estás bien, mi cielo?
-Sí, siempre.
-¿Segura? Es que tienes ojos de loca.

Su risa profunda baila en melodía de sus cuerdas bucales a mis tímpanos, lo que hace que se me contagie aquella reacción.

-Probablemente, pero deberías acostumbrarte a ello.
-¡oh, vaya que lo estoy!
-¿haz terminado ya?- pregunta de la misma forma que un niño de escasos dos o tres años, ocupa para ir a los juegos del restaurante.
-Eso creo, pero ¿por qué no compartes conmigo ese sentir tan tuyo?
-Es una sorpresa, así que no lo arruines- dice medio enserio.
-Bien, pagaré la cuenta y nos vamos.

Asiente y comienza a recoger todo lo que trajo al restaurante del hotel.

-Iré a cepillar mis dientes mientras tú pagas, te veo abajo.

Se levanta a prisa para depositar un corto y rápido beso en mis labios, mientras camina con familiaridad por las mesas, reaccionó y hago lo que me pide, pago la cuenta y luego voy al baño de chicos para cepillar mis dientes, y hacer pipi.

Después de varios minutos, salgo de ahí, la entrada luce bastante vacía, no está aún, miro mi reloj de pulso, no ha pasado mucho pero lo suficiente como para que ella este aquí.
Frente a mi un alucinante auto rojo quemado, de 1966 brilla ante los rayos del sol, es un alucinante pontiac GTO.

Lo miro registrando todo de la carrocería, me pierdo cuando siento los brazos de ___ envolverse en mi pecho, mi espalda recibe con alegría su tacto y mis manos suben a la altura de mi pecho para acariciar su piel.

-¿Y, estás listo?
-Sí, ¿y tú?
-Muy lista, ¿te ha gustado el auto, no?
-Es una joya en cuatro ruedas.
-Tu auto favorito- afirma restando importancia pero imprimiendo mucha emoción.
-Lo es.- espero que ella sea quien me diga como recuerda esto.
-Lo mencionaste algún día, y lo recuerdo.
-Pues, que mente tan privilegiada posees.
-Lo suficiente, así que joven Gallagher, le recomiendo que vaya con cuidado.
-Contigo todo siempre es perfecto y desastroso, no quiero ir con cuidado.

Jalo su brazo guiando su anatomía a mi, los centímetros de diferencia me parecen la diferencia más bonita entre nosotros, mis labios estamos en su frente, al mismo tiempo que sus brazos se envuelven en mi cintura.

-la chica de la tienda de vestidos me verá en quince minutos.
-Mmh- digo antes de buscar su boca para poder darle un beso de verdad, siento la comisura de sus labios curvear siendo así una sonrisa.
-Lo digo enserio- dice en un segundo de separación, el cual aborrezco.
-Pediré un taxi.
-Eso tardará mucho, mejor; llevame a dar un paseo en ese carro.
-¿Ahora también tienes tendencias psicópatas?
-En este momento queda prohibido que meas más de dos capítulos por día de una serie.

Mi garganta expulsa la risa, me gusta estar aquí, con ella a pocas horas de un loco ritual que haremos para casarnos.

-Bien, ¿sabes encender el auto con los cables?
-No, pero confío en que tu sepas encenderlo con la llave.

Su mano derecha se separa de mi cuerpo para extraer de su bolsa inferior una llave de auto.

-¡Sorpresa!- dice casi gritando, dejando a un costado de mi rostro la llave bailando de un lado a otro por la gravedad.

Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora