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"Si no juegas con fuego te morirás de frío"

-Anónimo.

[ Aidan]

Mis ojos se arrastraron cínicamente al perfil de ____.

Le Dio un sorbo al estúpido e insipido jugo del vuelo y refunfuño al mismo tiempo que se acomodo por quinta vez en el asiento del avión.

-¿Estás bien?- pregunte intentando retener la risa que me producían sus nervios.
-Odio ese jugo, es asqueroso.
-Dejalo, pediremos algo menos "natural"
-olvidalo, también odio a la asistente del vuelo.

Dijo tan fuerte que hizo que varios miraran en nuestra dirección, está vez no aguante la risa.

-¿De qué te ríes?- dijo molesta.
-De nada, mi amor.
-¿Te burlas de mi?- dijo ofendida.
-¡Jamás!- respondí de igual forma- ¿acaso me crees capaz?- dije aún con la risa.
-No te pases, Aidan.
-Ya, está bien.
-No, no lo está, la tipa se atrevió a coquetearte descaradamente frente a mi.
-No me estaba coqueteando, estaba siendo servicial y amable.
-Estaba siendo coqueta.- dijo con mucho enfado.

Me removi en el asiento para poder girar el cuerpo y apuntar en su dirección y facilitarme el trabajo de tomar su rostro en mis manos, sintiendo su calidez.

-Mi cielo, si ella hubiera estado coqueteando, igual no sería relevante, no tengo ojos para nadie más, y de verdad habemos hombres que sabemos poner límites desde el segundo uno.

Su gesto cambio a mas relajado, y aproveche para delinear la línea entre su mandíbula en dirección a su lóbulo, arrancando un suspiro delicioso de sus labios, iba a darle un beso suave, pero entre sus labios fue cuando susurre lo más bajo que pude:

-Ahora tú Cuéntame, ¿por qué usar un emoji de beso en el chat de Gerald?
-¿Qué?- me cuestiono un poco Abrumada y yo regrese la caricia a su barbilla para pellizcar y sostener con mi índice y pulgar su rostro frente a mi.

Yo me sentía atraído por su ser en general, al punto de estar desarmado.

-Esta mañana enviaste uno de esos símbolos amarillos que envían un beso y un giño.
-¿Revisaste mi celular?- pregunto incrédula.
-No, ha sido una mala coincidencia que yo he mirado justo cuando se envió, y mire el nombre.
-Entonces hubieras leído el contexto de la conversación.
-Ya te he dicho que no revise nada, fue una coincidencia. ¿Vas a contarme? ¿O debo pedir un jugo para relajarme?

Sus ojos destellaron en un sentimiento nuevo, y puro... Pero si quería decir algo más, se lo guardo.

-____... No soy muy paciente antes de un vuelo.
-Me ha preguntado cómo estaba, y le he respondido que iba a ver a mis suegros, luego deseo suerte y le envié el estúpido emoji, y cómo tú te atreves a hablarle a esa sobrecargo por un estúpido motivo innecesario, duermes en el sofá los próximos cinco meses.
-Mi vida- respondí más cerca de su boca, mientras por instinto tus ojos se cerraban, yo no dejaba perder ninguno de los cambios de su cuerpo, la respiración se le había acelerado y todo se había vuelto una sensual atmósfera. - Tú no necesitas suerte para visitar a mis padres, tú eres la suerte andante.

Y por fin después de incontables segundos, apenas roce sus labios brevemente fue electrizante. Sentí su sonrisa sobre mis labios y luego su lengua pasó por ellos haciendo una especie de cosquilleo delicioso.

Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora