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“Es sencillo, un minuto con ella me alegra todo el día, porque el tiempo es relativo, pero ella es infinita”.

Ricky Serrano.

[Aidan]

-Bien amigo, recuerda que no debemos contarle nuestro pequeño error de hoy a tu madre.- espero un par de segundos, los ojos del amigo peludo sólo parpadean torpemente, su lengua pasea y enseguida se retuerce en mis brazos.- Ok, tienes razón, debemos contarle, pero, tú debes aceptar tu culpa, ¿Entendido casi tocayo?

Respiro a base de una sonrisa boba, soy consciente de lo tonto que debo escucharme al hablar con Robin, le quitó la pequeña cadena de paseo, para enseguida abrir el picaporte de la puerta.

-Que conste que vas a defenderme, porque debemos contarle las cosas a ____.
-¿Qué deben contarme?

Mi pequeña chica, aparece en la puerta de la cocina, su cabello está húmedo en distintas ondas naturales, cierro la puerta, porque creo que eso va a aminorar el tiempo.

-¡Hey!- exclama animada- Llevas ropa deportiva, ¿por qué?
-Robin me acompañó a casa por mi ropa deportiva, y con un vecino para pedirle esto.- tuerce la boca en un gracioso gesto y asiente.
-Tengo que comprar más cosas que sólo croquetas.
-Fuimos al parque central.
-¡Genial! Eso me alegra el alma.

Bajo a Robin al suelo, y antes de reaccionar, mi cuerpo recibe un impacto grande, me tambalea un poco pero logró con fuerza quedarme ahí, las piernas de ____ se enganchan sobre mi cintura, parece que de diversas formas encajamos, y no hablo, de verdad no puedo hacerlo, el mapa de sus músculos labiales se plantea en mi cabeza, de mamera rápida y exacta, me besa y yo la beso, sus labios saben a ciruela.

Mis ojos se mantienen cerrados, hasta el último beso rápido en mis labios, luego se posan en mis mejillas y así en diversas partes de mi rostro. Me río porque enserio disfruto este momento.

-¿Y eso por qué es?
-Eres el hombre más cursi que he conocido, eres tan perfecto que ni siquiera puedo describirlo, y te amo, te amo mucho, gracias por tus detalles.
-De nada, Bonita. Creo que debo hacerlo seguido, si está es la recompensa.

Sale de mis brazos con una facilidad increíble, me sorprende su habilidad.

-Preparé cereales de kamut, con frutos frescos y yogurt de soja. Y un poco de jugo de ciruelas.

Me quedo inmóvil, su sonrisa va desvaneciendo su curva, hasta que suelta un...

-¿Qué pasa?

Me acerco a ella, la sujeto de los hombros, le doy un beso, un beso peculiarmente diferente a todos los anteriores, el propósito hacerla sentir diferente.

-Sí, efectivamente sabes a ciruelas. Gracias por compartir tus frutas frescas.
-¡Vaya!- suspira sorprendida- definitivamente sabes halaga a alguien.
-Cuando quieras.
-¿Te gustaría desayunar ahora, o primero quieres tomar una ducha?
-Creo que voy a tomar jugo primero.
-Bien, y así me cuentas lo que iban a contarme.
-¡Ah! Sí, sobre ello.

Paseo mi mano por mi cuello, luego pongo mi dedo índice sobre mis labios, y doy pequeños golpes.

-¿Pasó algo malo?
-No, pero debo ir a lavarme las manos.
-No te estás escapando de la conversación ¿o sí, Gallagher?
-No, no, ya vuelvo.

Estoy nervioso, ¿por qué estoy nervioso? Realmente no pasó nada malo, simplemente un particular evento.
Quizá, naturalmente tengo miedo de cometer un error, nunca antes había estado comprometido como con ella.

Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora