Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)

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"Aparecía entre líneas, en los mejores versos, de las mejores canciones."

-SHS

[AIDAN]

Dicen que la música es una especie de analgésico en al alma, cambiando esta biene rota, triste o cansada, incluso funciona de manera inversa, es una fuente de latidos gratis cuando estás feliz, o necesitas encontrar las palabras exactas.

No he dormido nada, tengo un insomnio que hace años no pasaba a saludarme, llevo tocando la guitarra toda la noche, pero ahora estoy en mi fase de coraje, con ella, conmigo y con todo el mundo.

Apenas arrastró mi cuerpo para poder tomar una ducha, y salir corriendo a buscarla a su casa, soy el mayor de sus desastres.

Cuando dan las 4 de la tarde, voy por mi octava taza de café, he fumado una cajetilla de cigarrillos y he alternado cada taza de café con un caballito de tequila.

Tomo las llaves del auto metiendo a mi boca una pastilla de menta, llevo unas gafas y mi chaqueta de cuero café que no usaba desde mis años de adolescente rebelde.

Subo uno a uno los escalones de metro y tantos de largo y medio de ancho que forman una caracola entre los apartamentos del edificio en el que habita ____. Sus plantas están recién regadas, el piso huele a mar fresco y hay una melodía vieja que proviene de una ventana medio abierta.

Arrastró por el corredor un cajón, que me sirve de banco improvisado, afinó un poco la guitarra y recuerdo lo que estuve haciendo toda la noche, pensar en este escalofriante final que me rehuso a aceptar.

Acomodo las notas en una melodía que me conozco ahora:

Fate awaits from me to break your heart in two

So know you 're going into something already doomed

I hate saying 'OK' and let my heart hurt you

So be careful when you use the words 'I love you'

You'll jump start your heart and forget it

Do your best to try to Move on

The regret you have you can never shed it...

Vacío mi alma en la canción, le agregó una pizca de coraje, un toque de destrucción y una taza de arrepentimiento que se lee entre líneas.

La ventana se cierra y la música de dentro se ha detenido, espero un par de segundos pero parece no haber nada que decir.

-____, por favor escuchame.

Respiro resignado, cuento mis pasos a su puerta y tocó con delicadeza. -Por favor, sal y habla conmigo.

Los seguros de la puerta truenan al ritmo siguió el uno del otro y la puerta se abre, mi corazón salta alarmado al saber que voy a verla.

Pero este mismo se detiene cuando una señora un tanto más baja que yo, con cabello pintado negro con un par de racimos plateados sale de su casa y me ve.