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"Que infinito es un segundo, pensó mientras se aferraba suavemente a ella como quien acaricia a una flor de un solo pétalo"

- Mind of Brando.

[Aidan]

He tenido suficiente tiempo a solas en un cuarto para dos, como para saber que algo que había hecho toda mi vida como dormir solo, ahora era lo que menos deseaba hacer.
Me gustaba la sensación cálida de su cuerpo junto al mío, de la desesperante sensación de estar enredado en un par de sábanas que se comparten a dos cuerpos, me encantaba dormir en el lado izquierdo de la cama. Y sobre todo amaba el momento donde mi cerebro perdía dominio de mi cuerpo, y ella parecía tener el control de mis hilos.

Me gusta todo, me gusta ella, me gusta un nosotros.

-Tengo mucho sueño.

Su voz apenas inundó la habitación, me quedé inmóvil mientras miraba con atención como su cuerpo escalaba sobre el mío. Estábamos bastante juntos, apretados, sus pechos se aplastaban en el mío, y se removió como si buscará la comodidad.

-¿La cama no es muy grande ____?

Levanto su cabeza para mirarme directo a los ojos, lo decían todo menos bonito.

-¡Ahg! No lo arruines, Gallagher.

Me quedé en silencio un momento, no me molestaba tenerla sobre mí, eso era real.

-No quiero arruinarlo, sólo pensé que querías descansar, dijiste que tenías mucho sueño.
  -Y me voy a dormir, sólo que sobre ti, no me molestes, no pienso acostarme sobre el trasero, aún me pican los ronchones.
-Debiste hacerme caso. - Digo con un tono muy bajito, la respiración me comenzó a fallar y supongo que es la reacción natural.
-Y tú- dice a modo de defensa - Debiste ser un caballero y meterte al huerto en mi lugar.
-Olvidalo. - yo no iba a meterme a ese lugar. Parecía muy inseguro.

El silencio se prolonga lo suficiente, su respiración baja su intensidad paulatinamente e incluso siento el latir de su corazón menos intenso.

-¿Ya te dormiste?
-No, pero casi.

Aguanto la risa, cuando ella hace un gruñído fuerte.

-Bien, ya no me voy a dormir.
-Interesante.

Mi mano recorre sus muslos por detrás, al mismo tiempo que ella se remueve contra mi.

-No hagas eso, mi cuerpo reacciona.
-Claro, entiendo.

Siempre imprimía una dosis malévola a las palabras más simples cuando sabía que podían joderte.

-____- reprimí, pero eso no le importó - hablo enserio.
-Eres mi marido, debes consentirme.
-¿Eso quieres?
-mmhh, quiero dormir.
-Bah, asegúrale a tu cerebro que sufres de insomnio o que estás en México.

Siento un espasmo de emociones.

-Sabes algo Aidan- dice sin mirarme. - Si yo consigo dormir sobre tu cuerpo, mañana por la mañana tu erección matutina va a despertarme.

Mis ojos se abren sintiendo como los muslos se jalan ahí mismo, la escucho reír bajito y me sorprende su no-preocupación al aventurarse a hablar así conmigo.

Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora