💫24💫

1.4K 152 111
                                    

"Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor".

-Mario Benedetti

[AIDAN]
-No tenemos mucho de que hablar.
-Kayli me necesitaba, no podía permitir que ese idiota la terminará matando un día.
-Hubiera sido sencillo decirlo.

Asiento para darle la razón, hubiera sido más fácil.

-Perdón, de verdad.
-Aidan- sus ojos se llenan de lágrimas, pero no las deja salir.- Esto es un maldito Caos, parece una constante de ley entre nosotros, vayamos a donde vayamos, siempre sale mal.

Respiro con fuerza, cierro mis ojos y espero que todo esto de pronto sea mejor, mucho mejor.

-¿Podemos hacerlo mejor?

Se lleva las manos a los ojos, aprieta con fuerza y luego las pasea para limpiar las lágrimas, veo su moreton, está bastante mal, apenas puedo aguantar las ganas de llevarla al hospital ahora mismo.
Lo piensa mucho, bastante, es agónica la espera, me mira con esa incertidumbre.

-No lo sé, no se si puede realmente ir bien.
-¿Y si empezamos desde cero?
-¿Qué?

Le extiendo la mano como si fuese la primera vez que no vemos.

Su gesto se hace cada vez más confuso e incomprendible, no puedo leerla, ni ella va a decirme nada.
Pero no desisto y espero el contacto de su mano.

Es así como explota.

-Estoy cansada, estoy cansada de esta rueda que dura más tiempo abajo que arriba, no quiero hacerte daño y no quiero hacerme daño a mi.
-Por eso será desde cero.

Respira, inhala, exhala, se muerde la mejilla por dentro y puedo ver que hace, y como lo hace, pero no puedo saber lo que siente o piensa justo ahora.

-Soy Aidan Gallagher, Mucho gusto.

Sonríe a media luna, sus pupilas brillan.

-Soy ____ Ferrer.
-Muy lindo tu nombre, combina perfecto contigo.

Busco en mi pantalón izquierdo frontal algo redondo, cuando las yemas de mis dedos tocan el metal, empiezo a perder el control del habla, me paso los dientes al labio inferior antes de hablar, y luego de tomar valor, sacó de mi bolsillo el anillo que guarde ahí hace un par de minutos, horas, o lo que sea, no tengo ni idea de cuanto tiempo ha pasado, sonrió con ese nervio alojado en la boca de mi estómago, en mi cabeza sólo hay líneas de colores hechas una maraña cruzadas las unas con las otras.

-____ Ferrer, entonces ¿Te casas conmigo?

Traga con fuerza y cierra sus ojos, el color le drena, está tan blanca como la leche, y se toca la frente como si tomará su temperatura.

-¿Qué?
-Que si te casas conmigo.
-Aidan, ¡Acabas de decirme que vamos a empezar de ceros!
-Y eso haremos, pero, yo sólo quiero ser el desconocido con el que te cases, no va a ser en las Vegas, te prometo que será algo más especial que eso, algo inusual. Sólo no vuelvas a permitir que el corazón se me haga polvo, por favor, no quiero sentir que te he perdido.

-No sé que decir, esto es...
-La locura más extraordinariamente hermosa con la que podemos empezar.

Se queda pensando, el hacer pausas dramáticas se le da bien, la miro con insistencia, en espera de la respuesta que quiero escuchar, ve de un lado a otro, como si buscará un lugar para escapar.

-¿_____?
-¿De dónde sacaste el anillo?

Ladea la cabeza, explotando algún pensamiento dentro de mi, no somos normales y nunca lo seremos. Pudo decir no, y apretar el gatillo, o pudo decir sí, y hacerme que todo el mundo fuera perfecto, pero sólo pregunta de donde saque el anillo.

Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora