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"Me encanta el caos, sobre todo si nosotros lo tenemos en control."

-KMRM.

[Aidan]

Lo que más amo de los viajes en carretera mientras la luz de la luna brilla, es que no hay estúpidas luces rojas por el exceso de tráfico.

Mi vista iba fija en línea recta, mientras que ella se encargaba de sorprenderse por todo lo que veía en la carretera, llevaba más de una hora conduciendo, y realmente sentía que cada vez que la veía mi corazón renacia, entre más kilómetros pasaban, más seguro estaba que no recordaba el incidente laboral matutino.

-¿Estás bien?
-Sí, pero, bebí una soda muy grande, creo que mi vejiga está hinchada.

Se remueve pasando de un lado a otro, y eso me da gracia.

-Pararemos en cuanto sea posible.
-No voy a hacer pipi en la carretera, Gallagher, Estoy en un periodo hormonal natural, necesito algo decente.
-Solo fue una opción- me río- en cuanto llegue la salida, la tomaré ¿Bien?
-Te agradezco mucho.

Me agradaba su esquema emocional, nos limitabamos a hacer de todo caos una aventura, para bien o para mal, quedaba en el archivero.

No fue después de dos minutos, que yo sabía que había una salida próxima, llegaríamos a un pequeño suburbio, lo justo, negocios nocturnos, atractivos para pasar un rato, y gente que creía en la economía cíclica. Fue ahí cuando iba a informarle que sería una buena opción, pero aunque no lo fuera, mi chica necesitaba un baño, sus rodillas estaban completamente apretadas, a juego con sus puños... Además de que... ¿Estaba contando?

-¿Todo bien, preciosa? 
-Creo que puedo distraer a mi mente, ya sabes, olvidar que debo ir a hacer pis.
-Tendras un baño en menos de 5 minutos, confía en mi.

La fuerza de mi pie, subió considerablemente sobre el acelerador, es gracioso, después que externo su necesidad fisiológica, yo también necesito un baño. ¡Maldición!
Es como cuando alguien más bosteza, se propaga el sentimiento y terminas imitando el acto por reflejo.

Ganando 1 minuto de lo acordado, tomó la salida de la autopista para comenzar a ver pequeños negocios y letreros luminosos con luces neón, era como Navidad eterna en este suburbio.

El primer negocio, a la entrada de dicho sitio, es una construcción de madera, con un enorme aparcamiento rodeado de árboles, con carros de modelos antiguos y especiales, el letrero prende por partes, la luz amarilla es un saxofón, y en rojo dice "Dance Today" es atractivo, abajo dice Abierto a un letrero clásico.

-¡Para, para, para! Aquí debe haber un baño.

Obedezca en cuestión de segundos y aparco nuestro modelo moderno para desentonar de manera total con los clásicos y geniales autos.

Le abro la puerta para que baje, cierro el auto y mecánicamente camino embelezado entre los autos.

-¡Guuau!- digo sin retener el asombro en mi cabeza, la pintura del  Cadillac Coupe deVille de 1995 es impecable, parece un carrito de la repisa de un coleccionista, sólo que a gran escala.
-No rayes la pintura, muchacho.

Un anciano regordete pero bien parecido, con traje de gaster, color blanco, me mira con curiosidad. Levanto mis manos mostrándole mis palmas sólo para demostrar inocencia.

Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora