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"Yo no sabía que vivía en tierra de ángeles, hasta que logre verte. "

-SHS

[_____]

-Ella no es Kaily.

Una voz masculina joven, mata el silencio agónico que es denso y flota sobre todos nosotros, no veo al dueño de aquella voz, pero una vez más habla por todos.

-Cam, dijiste que era Kaily.
-Bueno, ellos se besaron al bajar del auto, yo como iba a saber que no era ella.

Incómodo.

Siento un millón de hormigas desfilando por mi cuerpo, y unas ganas horribles de salir corriendo por la ciudad.

Nadie más habla.
Observo a Aidan, lo ve todo y a todos, parece que se a puesto en modo mute.

- Soy ____ Ferrer- digo para todos, extiendo mi mano a la persona más cercana- Soy su...

En mi mente debate la razón con el pánico, creo que el segundo va ganando, no tengo idea de que más decir ¿Soy su novia, o su prometida?

Lo miro buscando tregua, mi bandera blanca cubre todo el país, y el sigue sin nisiquiera respirar.

-Es mi novia.
Finaliza con una sonrisa forzada. Cierro mis ojos con fuerza, para enseguida entre movimientos ciegos llevar mi mano derecha abajo de la izquierda y ocultar el anillo.

El silencio es lo único que parece existir en esta atmósfera, nadie se atreve a decir de nuevo algo, mucho menos yo.
El valiente es Aidan, quien se dirije a mi y pregunta:

-¿Quieres un vaso de agua?
- Estoy bien, gracias- le doy una sonrisa rápida, no me muevo ni un centímetro más de mi eje establecido. Asiente, al mismo tiempo que su mano toma mi brazo y ahora informa:

-Te llevaré por un vaso de agua.

Entonces entiendo, con una sonrisa amable les pido disculpas para retirarnos.

Entramos al cocina, la cara de mi precioso prometido es un poema complicado de leer, le sonrió amablemente y él empieza con sus disculpas apresuradas.

-Lo siento, lo siento, lo siento; de verdad esto no debía ser así.
-Tranquilo Gallagher, todo bien. No sabía que era el cumpleaños de Kayli.
-Lo olvide por completo, no recordaba.
-Eso es mi culpa- respondo con la pena recorriendo mi alma de pies a cabeza.
-No, claro que no. Igual se me hubiera olvidado.

Me da risa.

-Deberíamos hablarle a Kay, y decirle que debe venir, es su fiesta de cumpleaños.

Me mira con unos ojos de pena, como un cachorro que necesita que lo adopten y nadie le hace caso a la caja donde se encuentra.

-Perdóname
-No me pidas perdón, ¿ok? No sabíamos, era una fiesta sorpresa, mejor hablemos a Rich para que vengan aquí.
-Merecias algo especial.
-Estar contigo ya es especial.

Me acerco a él, le acaricio la mejilla con mi pulgar, el ruido de mi uña sobre su piel es lo único que se escucha además de nuestras respiraciones un tanto pausadas.

Desastrosa Coincidencia. (Aidan Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora