Timor III.

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Entonces, después de asegurarse de que Ronan no llamara al 911 o a Gansey, pudo dormir. En la mañana no había ninguna muñeca.

Cuando intentó levantarse de la cama le dolía la espalda, la cadera ¿había envejecido? No, sólo tuvo su primera vez con su idiota novio. Cubrió su cara y comenzó a reírse.

—¿Qué es tan gracioso?

—Tú, yo, la noche anterior.

—Preparé el desayuno.

—Tengo mucha hambre. —no tenía puesta ropa interior y Ronan aún seguía observándole desde la puerta, Adam seguía cubriéndose la cara con sus manos.

<<Manibus>> —los suaves labios de Ronan rosan las manos de Adam. Aparta una de las manos y sigue besando, besa una mejilla, besa un ojo de Adam y finalmente los labios encuentran los labios de Adam. —Si no puedes bajar, entonces quédate aquí. Yo me encargo.

—No creas que fuiste una bestia en la cama.

Ahora que Ronan se había aventurado en el cuerpo de Adam tenía más confianza en poder tocarlo, derribarlo y besarlo. Ronan torció los labios en una sonrisa maligna. —Toma una ducha, si puedes. —deja a Adam con una erección.

Al salir de la ducha, Adam encuentra su desayuno encima de uno de los cajones, el corazón de Adam palpita con ternura... es que hay un florero diminuto con una flor azul y Adam no resiste lo hermoso que se ve, en cómo Ronan preparó aquello.

Adam terminó el desayuno y bajó la charola para lavarla, luego encontró a Ronan en el granero.

—Tengo que irme, te devolveré el auto este fin de semana.

—Igual puedo ir.

—Eso sería grandioso.

—No para mí, Matthew quiere visitar a Declan así que, tengo que viajar con él.

—Sigue siendo grandioso, podemos... ya sabes, ir por allí nosotros cuatro...

Ronan deja de tapar un enorme tambo de agua y va hacia Adam, lo abraza. No es ningún niño para que lo abracen por sentirse avergonzado, pero no aparta a Ronan.

—Podemos.

Adam asiente, feliz.

Lo primero que hace en la universidad es ir a la biblioteca y encerrarse hasta que termina todas las tareas que no pudo terminar, estudiar, y por fin darse cuenta que es de noche y tiene que dormir. Recibe un mensaje de Ronan para recordarle que debe comer algo, ríe ante lo absurdo de la situación, porque era Ronan el que nunca comía las tres comidas principales.

Entra en el apartamento.

—Mis padres me visitaran mañana.

—Es bueno saberlo ahora, en la mitad de la noche, cuando estoy cansado y harto de estudiar.

—Perdón. Puedes quedarte esta noche e irte temprano.

—¿Puedes decirle que tienes un compañero?

—También funcionaría ¿te importa si te encargas de la mentira?

—Me importa, ¿Por qué no hablas con ellos?

—Me conseguirían un lugar mejor.

—Bueno, ahí va mi oportunidad de conseguir algo mejor.

Sueños, sin pesadillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora