Una brevis.

78 29 5
                                    


¡Hola! aws, encontré una sobreviviente de The raven boys y no saben lo feliz que soy <3 a ver cuándo hablamos de los libros> w <'este ff es con especial cariño para Lullaby0077 que sus comentarios todos bonitos y exaltados (según yo porque escribe en mayúsculas ) me motivan a seguir adelante: 3 yo no iba a continuar escribiendo, pero si a ella / el le gustó lo que escribo, entonces seguiré xd También me disculpo por las faltas de ortografía, las oraciones mal echas y todo ese rollo, también si los personajes no tienen sus características propias (aún estoy acostumbrándome a ellos xd). ¡GRACIAS POR LEER!


~ Destino ~

Su cabeza no era capaz de procesar un momento o una escena en la que Ronan Lynch quisiera soltar la mano de su madre.

Vio fijamente el cochecito rojo con líneas negras en el capó. Lo quería, lo quería. En ese momento le obsesionaba tener cosas como aquellas porque a su padre amaba los autos, y Ronan quería tener otra conexión con él que no eran sueños. Deseaba algo real.

Una extraña mano tomó el cochecito rojo, lo metió a una bolsa de regalo y lo entregó a otro extraño. Ronan casi tiene un ataque. Corre hacia la puerta para reclamar que él lo había visto primero y que lo iba a comprar. No vio a nadie dentro de la tienda, el anciano frente a él le dio la bienvenida, pero Ronan no quería eso, quería su cochecito rojo con líneas negras. La puerta tras el sonó, <<gracias>>, escuchó, la voz angelical infantil le hizo voltear. Ese niño con abrigo pálido y gastado se llevaba el único objeto que quería. Corrió hacia él. Al salir de la tienda el tumulto de personas lo agobió, fue entonces cuando, al buscar la mano de su madre, la realidad lo había golpeado. ¿En qué momento Ronan había preferido un objeto antes que a su madre?

Las lágrimas acumulándose en sus ojos azules le nubló la vista. Avanzó hasta estar casi en la fuente del centro comercial, aún no veía a su madre, a su padre, o a Declan. ¿Era el momento de entrar en pánico?

Las gotas saladas resbalaban por sus mejillas, con fuerza, con furia. Ronan hipeó, estaba al borde de empezar a gritar por su madre, pero entonces, un milagro de navidad ocurrió. Una manita cariñosa y cálida lo apaciguó. No conocía ese toque gentil. Levantó la mirada y un niño con el cabello color polvo le vio. Ojos azules encontrándose, como si Ronan los hubiera soñado, los vio como si lo hipnotizaran, ¿era real? ¿Ronan lo había soñado en su desesperación de que alguien lo ayudara? El pequeño no le dijo nada, le tomó de la mano y tiró de él. Caminaron. Caminaron. Ronan sujetaba esa mano con fuerza, no quería perderlo, o no quería perderse otra vez.

Llegaron hasta un oficial de policía. Ese pequeño ángel de navidad, no estaba. Ronan lo buscó con la mirada, pero él lo dejó. Tal vez era un duende de Santa Claus, tal vez era su amigo imaginario. Pero no era así. Ese niño era más real que todo lo que hubiera en el mundo, y Ronan soltó su mano.

{.}

Adam entró a la habitación más cercana, igual había mucha gente y no quería volver abajo, así que explorar los terrenos Lynch no parecía una intromisión... o quizás sí. Culparía a su instinto de no saber hacia dónde ir, si es que alguien le reclamaba.

Era bastante obvio saber de quién era la habitación. Adam sonrió un poco, comenzó a ver sin tocar nada, pero uno de los juguetes le llamó la atención. Oh, era casi igual al que él tenía en su casa.

—Ah, eso. Lo tengo desde hace mucho.

Ronan está vigilándolo como halcón desde la entrada de la puerta.

—Lo siento, no quise tocarlo...

Los brazos de Ronan se entrelazan. —No te estaba recriminando nada.

—Yo tampoco te pregunté nada.

—Dios, Parrish. —entra a la habitación, hunde el colchón al lado de Adam, demasiado cerca. —Es sólo que... lo tengo cuando una vez perdí a mi madre en el centro comercial, significaba tanto para mí... no esté cacharro, uno real. Uno de este mundo, no del mío. —le quita a Adam el juguete, la mano de Adam se convierte en una autopista para el cochecito, Ronan pasa las llantas traseras en su palma y el juguete comienza a tocar una melodía navideña.

—Me gusta. —sonríe. —Suena bien.

—¿De verdad? A mí no me gusta, es el maldito sonido que había en el centro comercial cuando me perdí.

—Es gracioso. Recuerdo haber ido al centro comercial, muy contento por haber recibido cinco dólares de regalo de navidad; mi abuela me lo envió. Entré a la juguetería, analizando muy bien lo que iba a comprar.

—Seguro que sí. —Ronan ríe.

—Estoy casi seguro que compré algo parecido a este cochecito rojo, y estoy casi seguro que no tocaba ninguna canción.

—¿Recuerdas haber visto a alguien llorar?

—No recuerdo mucho...

—Tal vez con esto puedas recordar... tan sólo un poco. —el beso sin experiencia de Ronan era algo más mágico de lo que Ronan era. Casi tierno, casi como si Ronan no tuviera vocabulario de camionero u ojos de serpiente venenosa; como si fuera un ataque al corazón, uno al que Adam estaba dispuesto a sufrir. Correspondió el beso.





Una nota más: esto no es parte de lo que vengo escribiendo, pero tampoco es como si afectara tanto ¿o sí? Es un one short aparte, pero si lo quieren tomar como parte de la historia está bien: 3 De verdad que necesitamos más #Pynch en español !!! 

Sueños, sin pesadillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora