Manibus in cordeCapítulo 1
Gansey y Blue llegarían muy pronto, sin embargo, Ronan no desaprovecharía el tiempo sentado como idiota viendo el menú. Levantó su mano para que el tipo frente a él no se marchara. Ordenó su bebida; siendo aún temprano, no había muchas personas que atender, un chico junto a él regresó para tomar su bebida. Ronan no lo perdió de vista, ni un segundo.
—No lo bebas. —antes de abrir su boca levantó su mano para llamar la atención.
El chico le vio, ojos azules aun brillando bajo la tenue luz de la barra. Señaló la bebida y luego a él mismo, indicándole a Ronan que le pertenecía. Ignorando la advertencia que le hacía, tomó el vaso, mas antes de que pudiera inclinarlo a sus labios, Ronan se levantó y le impidió beber quitándoselo bruscamente.
—No.
La mirada incrédula relucía, había aún más brillo en sus ojos. Contestó señalando su oído, negó con la cabeza. El mensaje era claro:
«No puedo oírte. »
Ronan, pretendiendo estar aburrido, asintió sin importancia. Gestionó movimientos con sus manos para responder:
«No lo bebas, hay algo en tu bebida.»
La reacción del chico fue buscar al culpable, sin embargo, estos esperaban lejos sentados al fondo. Ronan, al no apartar la mirada, los vio. Eran tres, seguramente queriéndose aprovechar de la discapacidad o vulnerabilidad del chico inocente junto a él. Al no haber nadie cerca, los ojos azules, ahora preocupados, volvieron a Ronan.
«¿Sabes lenguaje de señas?»
Sin importarle, Ronan se llevó el vaso.
—Hey! Revisa esta mierda, casi drogan a alguien aquí. —levantó la voz para alterar a los culpables. Estos salieron sin que sospecharan de ellos. Sin embargo la mirada de Ronan y sus feromonas les advirtieron que no los quería cerca. A pesar de que sus feromonas estuvieran alrededor del chico no se vio afectado ya que Ronan era un maldito alfa dominante que podía hacer mierdas de feromonas. El punto es que controlaba mejor sus feromonas y dominaba el efecto en ellas. Para intimidar, para pelear (algo que a menudo hacía por lo que tenía más facilidad al usarlas para ese propósito), para que un omega entrara en celo cuando él ordenara (lo que era mierda), incluso, el doctor le mencionó que debía cuidar de sus emociones porque podría llegar a matar a alguien. Por lo que, sus feromonas, en este momento no eran detectables para el omega, o beta, lo que fuera.
Blue saludó desde la puerta, Ronan rodó los ojos.
—Puedes acompañarnos si quieres. —sus manos se movían conforme hablaba. En el fondo, esperaba que el chico aceptara. No aprendió lengua de seña solo porque estaba aburrido.
«Tengo que trabajar, espero que no sea la ultima invitación que me haces.»
Ronan lo observó, sus ojos, aunque ardieran, no parpadearon hasta perder de vista al chico.
—¿Qué es lo que miras con esos ojos de loco? — Blue llegó junto a él y agitó su mano. Ronan bebió de su cerveza.
—Ronan tiene un novio secreto. —susurró el nuevo amigo de Gansey y Blue. Henry no parecía malo, pero sí idiota. —No quiere que nadie lo sepa, incluso su novio. —Blue chilló.
—¿Lo sabías? —preguntó a Gansey.
—Intuía algo. —respondió apenado.
—¡Era obvio! —Henry agitó los brazos al aire. —Siempre está viendo en esa dirección— al menos oculta la dirección en la que el chico esta barriendo. Henry casi pierde la cabeza para que Blue giré levemente y lo mire.
—¡Dios mío! ¡Es lindo! —chilla de nuevo. Ronan está a punto de irse y fingir que sus amigos son enfermos mentales que se han escapado de una casa para locos.
Henry continúa exponiendo a Ronan: —Siempre venimos a la hora que empieza su turno. Deja propina en las mesas que atendió, ¡Ni siquiera ocupamos mesa de ese lado!— La lista que Henry no terminaba fue interrumpida a las feromonas.
—Ronan... —Gansey advirtió asustado.
No era algo voluntario, a veces no podía controlarlo. El enojo emanaba de sus poros.
—Lo siento, lo siento. —Henry de verdad lucía enfermo ante las feromonas.
Después del mal rato, Ronan escuchó atentamente a sus amigos, no a los enfermos mentales que parecían hace un momento. Ahora, Henry contaba las anécdotas de su viaje a Brasil.
Entonces, llegó un momento desagradable. Empezaba a llegar más personas. De reojo, vio como el chico de cabello arenoso pasaba un trapo limpio a la mesa, a pesar de haberla limpiado antes. Otro joven apareció con el menú.
—¿Disculpa? —se refirió al chico que había limpiado la mesa. El otro joven contestó de inmediato.
—Le pido que lo perdone, cliente. El mesero es sordo.
—Entonces, ¿por que tienes a un discapacitado trabajando aquí? Mándalo a lavar los baños o a tirar la basura.
—Yo tomaré su orden. Por favor, no se fije en él. De cortesía ¿le gustaría una bebida en particular?
Ronan apretó la mandíbula. El puño contra la barra le sacó un susto. No era el único escuchando. Blue pudo sufrir una fractura en su mano, pero el odio contenido fue expulsado.
—No puedo creer que exista gente tan repugnante. —Blue seguía echando chispas.
—La discriminación es un problema real. —Gansey tomó la mano de Blue entre las de él. Tratando de calmarla, Gansey murmuró hacia su novia. Ronan desvió la mirada a Henry, en su rostro reflejaba decepción, ¿estaba decepcionado de su propia especie? Ronan también lo estaba, nada se podía hacer.
El chico no volvió a aparecer. Ronan sabía que no aparecería en toda la noche hasta la hora de cerrar.
—Estamos un poco exhaustos, —su cara lo expresaba, no era necesario decirlo—así que nosotros regresamos primero. —Gansey y Blue se despidieron abrazando a Ronan. Henry se quedó otro rato lamentándose por no tener algún interés romántico.
—¿Te haría algún mal llevarme a casa? —Henry estaba ebrio, la amabilidad de Ronan se limitaba a llamarle un taxi y pagárselo.
A propósito, Ronan era el último cliente. Henry era un estorbo para la táctica que pretendía hacer esa noche. El hombre de la barra le dijo que era hora de cerrar. Ronan aprovechó la situación de Henry.
—Está borracho, ¿puede darle un vaso de agua?
Los meseros comenzaron a levantar todo, a lavar todo y guardarlo para el día siguiente.
Sabía su nombre a pesar de que no usaba una placa en el mandil. Ronan le vio salir con una escoba, Adam era hermoso, sus manos se movían ágilmente, podía verlo toda la noche y nunca aburrirse. Henry se ahogó con su vaso de agua y Ronan maldijo. No había nadie cerca para limpiar el desastre así que decidió no molestar más. Tomó a Henry por el hombro para levantarlo, detuvo lentamente sus acciones, alguien, con pasos inseguros, se acercaba a ellos, Ronan sonrió.
El chico limpió hábilmente y le sonrió despreocupadamente. Mierda, nunca había visto esa angelical sonrisa. Aunque pequeña, el rostro del chico relució, sus ojos se ablandaron cuando miraron hacia Ronan, que era una cosa grotesca.
—¡Eres el chico que le gusta a mi amigo! —Henry decidió despertar. Ronan estaba a punto de arrojarlo al piso. Se disculparía con Dios después de enviarle a su guerrero más fuerte, pero sabía que lo exentarían. Debe de haber una ley que lo ampare porque simplemente tu amigo no puede avergonzarte de esa manera. El color de la cara de Ronan compitió contra los tomates más rojos de su granja.