La felicidad de Opal duró muy poco. Adam y Rory se marcharon de Los Graneros.
Todo ese tiempo estuvo muy contenta cuidando a Adam y a Rory. Ella pasaba biberones, ella pasaba la comida de Adam, ella ayudaba a lavar la ropa, ella cantaba angelicalmente a Rory. Una vez ella estaba llorando así que intentó sacarla de la cuna y llevársela a Adam o a Ronan, pero este último la había regañado tanto que la hizo llorar. Adam regañó a Ronan.
—Puedes abrazarla, lo qué pasa es que Kerah se enojó porque Rory es muy pequeña, y ella no puede caerse y levantarse, no como nosotros los grandes. —y fue así como poco a poco Opal fue tomando confianza para tenerla en brazos, Rory era pesada aunque fuere pequeña. Primero, Adam la colocó en medio de él y le enseñó la posición de los brazos, le dijo que debía cuidar la cabeza de Rory, estuvo unos días así, en la cama estaban ellos tres. Opal podía darle biberones siempre y cuando estuviera con Adam en la cama. Luego pasó a tener a Rory sin tener a Adam en medio, pero sí en la cama. De la cama pasó a la mecedora, de la mecedora al sofá y del sofá al porche. Siempre y cuando Opal estuviera sentada todo iba bien, ah y en supervisión de Adam o Ronan. Era muy feliz cuidando a Rory. Así que no entiende como un día Adam hacía maletas y se marchaba. Opal le gritó hasta quedarse sin voz, no escuchaba razones y tironeaba a Ronan para que lo detuviera.
—Qué quieres que haga, él quiere irse y estudiar la universidad. —la sequedad de sus palabras no era lo que su corazón sentía.
Después de dos semanas, Ronan estaba haciendo maletas y Opal no miraba las suyas.
—Tengo que ayudarle, soy el "responsable" después de todo. Opal, nadie vendrá a verte si sigues escondiéndote y gruñéndole a la gente que intenta acercarse a ti.
—Que bueno.
—No estaré por un largo tiempo, voy a dejarte en Cabeswater porque es más amplio y puedes jugar ahí.
—Quiero ir contigo.
—No puedes venir conmigo.
—¿Adam dijo eso?
—Adam te consciente demasiado.
—Quiero a Adam.
—Yo también. Pero sólo serán unos cuantos años... te vendré a ver...
—¡No! ¡Yo quiero a Adam!
Pero Ronan no tenía esos planes. Opal estaba en Cabeswater desde hace un día entero. Al siguiente día los árboles susurraban "Mago". Así que Opal corrió hasta llegar a él. Ellos jugaron ahí, haciendo que el clima cambiara a nieve blanca, a que las ramas de los árboles eran columpios.
—¿Te gusta aquí? —preguntó Adam quien descansaba en el piso junto a muchas flores.
—Sí. —contestó con entusiasmo.
—¿Te sientes sola?
—Sí. —contestó con desánimo.
—Entonces vámonos de aquí.