Nativitatis II.

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Opal tiene un montón de juguetes gracias a los hermanos de Ronan y a las mujeres del 300 de Fox Way; gracias a Henry tiene un perro robot (no es lo mismo que uno real, pero si promete tener al robodog en una pieza para el fin de año, puede tener uno de verdad) que no hace más que dar saltos para atrás. Opal aprecia el regalo de Ronan así que lo ha escondido en su propia habitación (anteriormente de Matthew). Adam y Ronan discuten en la cocina, al parecer Ronan no quiere que Adam vaya a la casa de sus padres, aun así, Adam arregla sus cosas y va, no sólo, también va Ronan, Opal y Rory.

Al llegar, el perro recibe a Opal con entusiasmo, ella tiene el mismo entusiasmo. Opal baja primero para correr junto al animal vivo y no robot.

—Joder, Parrish. —Opal detiene su carrera y ve a Adam en el suelo. —¿Te hiciste daño?

Adam sonríe y le mete un poco de nieve fría al abrigo de Ronan. —Jódete, Lynch. —Opal ve que esos dos siguen siendo ellos mismos así que no se preocupa por Adam.

—¿Quién crees que tenga la culpa de tus piernas flojas? — Ronan quita la nieve de su abrigo, las risas de Adam se apagan.

—Será mejor ir por Rory.

Opal está llegando a la casa de sus abuelos. —Abuelo, abuela. —grita. La puerta ya está abierta, primero sale la abuela con varios regalos.

—¡Qué bueno que sí pudieron llegar! —ella parece feliz con ver a Opal, — Tu abuelo estaba algo preocupado por la nieve... limpió un poco la entrada, pero toda esa nieve sigue cayendo. —explica. Opal asiente, abraza a su abuela y decide ir otra vez por el perro. —Espera, querida. Tienes un regalo. —le tiende uno de los cuatro regalos. —Es algo hecho por mí, así que no esperes gran cosa.

—Espera a que esos dos vengan. —Opal salta de la sorpresa.

—¡Abuelo! —ella espera ser levantada y aventada al cielo para ser atrapada.

—Sigues igual de ligera ¿no comiste jamón?

—¡Mucho! ¡Opal comió mucho jamón, abuelo!

Adam aparece con Rory. —La nieve está resbaladiza.

—Acaba de caer agua nieve, tal vez sea por eso. —explica Robert Parrish. —¿Qué hay de él? —el papá de Adam pregunta por qué Ronan se ha metido en el auto y parece no salir. Como si se tratara de un enorme oso que se niega a salir de su cueva porque aún no termina de invernar.

—Es el único bebé que tengo que hace berrinches. — Adam le sonríe a su madre. Ellos intercambian: Adam tiene los regalos y la mamá de Adam tiene a Rory.

—Pero si es un... bueno no importa, no es que les quitemos mucho tiempo, tu madre hizo algo para ustedes.

—Gracias. —Adam ve los regalos. —Los abriremos...

—En casa. —dice la madre de Adam. —Pueden abrirlos en sus casas. —le devuelve a Rory, Adam tiene que darle los regalos a Opal para que lo ayude. —Regresen con cuidado, la nieve está siendo peligrosa este año.

—Ronan se encargó de equipar el auto antes de las ventiscas, no se preocupen, regresaremos bien.

Entonces Opal regresa al auto, Adam aun charla con sus padres.

—¿Qué dijeron? —pregunta, molesto, Ronan.

—Regalos. —le da uno. —Para Kerah, tienes que abrirlo en casa.

—No quiero está mierda. —avienta el regalo al asiento de copiloto, pero luego lo saca porque ve a Adam acercándose. Ronan es incapaz de ver a Adam volver y no hacer nada, así que Opal observa con diversión como es que Ronan sale del auto, refunfuñando, abre la parte de atrás para que Adam coloque a Rory, luego cierra y abre la puerta de Adam. Opal sonríe, ellos son divertidos.

Sueños, sin pesadillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora