Who are you? II

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—Adam, ¿puedes venir un momento? Hay alguien aquí que-

—¡Parrish! ¿Quién es este hijo de puta?

—Oye amigo, cálmate, ya le he llamado así que espéralo fuera de aquí.

—No me muevo, mi novio es el que vive aquí, no tú, pedazo de-

¡Mierda, mierda, mierda! Estúpido Ronan que no sabe seguir una simple petición: "no vengas a Harvard, Ronan. Yo te voy a visitar, Ronan. No necesitas viajar por pasar una hora conmigo, Ronan."

—Marcus ¿puedo tomar mi descanso ahora? Tengo que ir a la universidad.

—Claro, pero vuelve enseguida, Lenny me ha llamado diciéndome que no podrá venir, así que...

—Entiendo, entiendo. No tardo.

Adam deja su gorra en el vestidor y busca sus llaves, su bicicleta puede ser más practica para cruzar las dos cuadras que lo separan de la universidad. Llega agotado y con dolor de piernas, Ronan y Arthur están discutiendo afuera de la habitación, Dios. Aun no ve a los encargados por lo que se lanza a Ronan por la espalda y le susurra: "cessabit."

—¿Conoces a este idiota, Adam? Espera no... ¿Eres gay?

—Sí a las dos preguntas, luego hablo contigo, tengo que castigar a este niño emo.

—¿Qué dijiste? —ruge Ronan, intenta quitarse a Adam de encima, pero este se aferra con fuerza.

—Vamos a afuera. "ego have a bonus explicandum".

Ronan deja a Adam en el piso. —Ya estamos fuera.

Adam toma su bicicleta. —Vamos, sígueme. Te voy a invitar algo.

—Ni una mierda. ¿quién era ese y por qué estás vestido así?

—¿Te gusta? A que me veo genial de negro.

—Adam... —gruñe.

—Es el uniforme del trabajo, te lo juro, Ronan Lynch, que tengo que volver. Por favor, acompáñame para que pueda explicártelo. —estira su mano hacia Ronan para que la tome, gracias al cielo lo hace.

Sienta a Ronan en una mesa, luego le pone un frappé con su nombre escrito en el vaso. —Lo preparé yo mismo, si lo tiras o no lo bebes herirás mis sentimientos. —le da un pequeño beso en la mejilla y vuelve detrás de la barra. Los ojos azules no le dejan de ver, a pesar de que Adam esté en la caja registradora hablando con decenas de personas.

Cuando parece que la gente ha dejado el momento del café. Adam vuelve a la mesa de Ronan.

—¿Te gustó? —Ronan asiente. Realmente parece un niño.

—Por eso no querías que viniera.

—Sí quería que lo hicieras, pero no ahora.

—La beca no es suficiente.

Adam deja de verlo, mira hacia sus pies. —Si te lo decía estaba seguro que me harías aceptar tu dinero.

—Pero claro.

—No es lo que quiero. Ronan, te amo. Pero no por eso vas a mantenerme... yo puedo arreglármelas solo.

—No lo estás, tu pequeña mente sigue diciéndote que lo estás, pero no es así. No estás sólo.

—¿Y qué hago, extiendo mi mano para que me des dinero? ¡No! Ese chico me paga la renta del cuarto, este trabajo es accesible con los horarios y días de trabajo. No estoy como en Henrietta, Ronan.

—Me mentiste.

—No lo hice.

—Ocultármelo significa mentir.

—Lo siento. Iba a decírtelo.

—¿Dónde estás viviendo?

—Ah, el chico que viste, sus padres le están rentando un apartamento en el centro. Es un lugar muy bueno.

—¿Y por qué mierda no se queda él en su apartamento?

—Me ha dicho que no es de su estilo, podemos ir allá cuando termine. —le toma de las manos.

—Adam, ¿algún problema? —son interrumpidos.

—Oh, no. Estoy bien... Ronan, él es mi jefe, Marcus.

—Ah sí. Adam habla de ti todo el tiempo. —le estrecha la mano. —También toco la gaita. No soy irlandés, pero mi madre tuvo un amante que lo era.

—¿Estás insinuando algo?

—Sí, que los amantes irlandeses son buenos en la cama. —le da una palmada amistosa en el hombro. —Como sea, Adam, antes de irte tienes que limpiar atrás y hacer el inventario, deja todo listo para los chicos de la noche.

—Sí, entiendo.

—Ahora.

Adam le da un beso a Ronan en los labios y vuelve al trabajo, pero esta vez desapareciendo detrás de una puerta. Luego asoma la cabeza para ver si Ronan lo espera, Adam ve que Marcus y Ronan tienen alguna clase de batalla de miradas. 

Sueños, sin pesadillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora