Happy Birthday Adam!
Esa mañana nunca pensó que lo primero al escuchar fuera: "¿has visto una pizza con velas?", vale, que Ronan decía cosas absurdas de vez en cuando, pero ¿esto? ¿cómo contestar? Adam sonrío, con lo único certero que sabía, a Ronan, le fascinaba y olvidaba cualquier discusión o preguntas absurdas.
Adam estaba tan cansado cuando llegó el viernes en la noche, que no se detuvo a nada, fue directo al sofá y cerró los ojos; de cómo había amanecido en la habitación de Ronan con pijama era algo fácil de deducir, solo había un culpable: Ronan Lynch.
—Entonces, te veo en Nino's.
Ronan parecía escapar de su propia casa como si esta estuviera ardiendo en llamas. Adam no dijo nada, terminó su desayuno y lavó los platos. "Ah", pensó; Ronan quería verlo en Nino's ya que a él le tocaba preparar el almuerzo, ese tramposo soñador.
Durante la mañana vio a Opal jugar con una vara, Adam corrió hasta ella.
—¿Tus manos están bien? —pregunta una vez le ha quitado la vara espinosa.
Opal hace un mohín, un puchero, una mueca rara para finalmente contestarle con una negativa, extiende las pequeñas manos pinchadas y con gotitas de sangre.
—Bueno, vamos a arreglar eso.
Unas diminutas bandas arreglan las manitas de Opal, Adam le dice que deben ir al granero para seguir reparando cosas que necesitan arreglarse, Opal está más que encantada con la idea de Adam.
Luego de pasar casi una hora con la grasa, el olor a gasolina, llaves inglesas, motores, tractores y Hondas Civic, ambos van a tomarse un merecido descanso, beben limonada fría, comen las galletas favoritas de Ronan (comparten una risa malvada al ver que no han dejado ni las migajas).
Recostados bajo la sombra de un árbol, con el viento alborotando la hierba alta y sus cabellos, permiten que esa mezcla de calor, viento y cansancio cierren sus ojos para una siesta.
Siente una ligera patada en su pierna, por un segundo piensa en Opal así que abre los ojos enseguida, no sin antes cerrarlos de golpe porque la luz del sol es fuerte.
—¿Te mataría despertarme con gentileza?
—¿Te mataría usar zapatos?
—Llevo zapatos todo el tiempo, un fin de semana sin ellos, créeme, es vigorizante.
Opal mira hacia sus pesuñas. —Opal es feliz sin zapatos.
Ronan rueda los ojos fastidiado.
—Pensé que iba a verte en Nino's.
—Sí, pero recordé a esta pesadilla. —Ronan carga a Opal, él comienza a caminar. —Soñé unos zapatos especiales.
—Ah, ¿y son lindos?
—Negros.
—¿Por qué esperé que me sorprendieras?
—Tal vez debería soñar unos para ti.
—Quiero unos tenis, los primero air Jordan, escuché que los subastarían...
Ronan vuelve hacia él, su rostro mostrando incredulidad, sorpresa, burla y enojo.
—¿En serio, Parrish?
Asiente rápidamente. —Mhh, nunca antes había hablado más en serio que ahora. —jugaba, nunca le pediría a Ronan que le soñara cosas, no era vanidoso y tampoco pensaba explotar a Ronan como a una máquina de pedir deseos. Suelta la risa contenida, luego Ronan chasquea y vuelve a su camino.