Mirum III.

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Al abrir los ojos, Ronan es lo primero que ve. Por un segundo Adam cree que el miembro de Ronan está dentro de él, pero no, sólo está rosándolo.

—Sexo matutino. —dice a modo de explicación normal.

—¿Qué? No, estoy cansado ¿tú no? —le ve hacer un pequeño puchero. —¿Qué puedes hacer en diez minutos, Lynch?

—Oh, te sorprenderías.

—Sorpréndeme.

Pero lo que verdaderamente le sorprendió fue ver una motocicleta dentro de la habitación.

—Ronan... Ronan, ¿qué hiciste? —porque Adam sabe que un solo sueño es imposible, Ronan debió de haber soñado otras cosas como pesadillas.

—Todo está bien.

—No... no lo está. —Adam busca su camiseta desesperadamente ¿cómo va a explicar esto? ¿lo correrían del campus, de la universidad? El sexo matutino fue rápido, pero satisfactorio. Encontrarse con la motocicleta fue sorpresivo y problemático. —¿Qué voy hacer?

—Conducirla ¿no tienes licencia?

—¡Ronan!

La puerta de la habitación deja entrar a un chico de lentes. —Arthur- —detiene todo movimiento. —¿Adam? —Adam no lo conoce, pero también detiene todo movimiento. —¿Tuvieron sexo en mi cama?

—No. —responde Ronan.

—Tienes que... bueno, ¿se quedaran?

—No. —vuelve a responder Ronan.

—¿Cómo entró esa motocicleta?

—Fue todo un lío. —Ronan haciéndose cargo de la situación. —Tuve que dar muchos sobornos. Bueno, tengo que poner esto en otro lugar. —Adam lo ve maniobrando, puede ir ayudarlo, pero decide ir a quitar las sábanas de la cama e ir a lavarlas.

—¿Soñaste el casco? —Adam saca las cosas de la lavadora. —Uno que proteja mi cabeza sin importar el golpe que lleve.

—No creo que seas un idiota a la hora de manejarla.

—Soy un conductor responsable, deberías saber que hay otros por ahí saltándose las luces rojas o aún peor andan en carreras clandestinas por la noche ¿te suena de algo?

—Ha-ha-ha. —por un momento creyó ver en el rostro de Ronan unos ojos altamente preocupados.

—Pero descuida, es como andar en bici, y yo sé de eso.

—¿Te gustó?

—Estoy tan emocionado que me he puesto a lavar sábanas, por cierto, después que termine con esto ¿quieres que te lleve algún lugar?

—Parrish, que hijo de... que presuntuoso resultaste ser.

Entonces, eran Adam y Ronan dando un paseo en motocicleta. Adam quería probar todas las velocidades que Ronan soñó para esa bestia de dos ruedas, este tipo de sueños le encantaban. La cabeza de Adam empezó a pensar en cómo devolverle el favor, pero no podía pensar en algo digno.

Descansaban en una estación de gasolina, Ronan no tenía ninguna vergüenza en besarlo (no había nadie después de todo), pero Adam no podía disfrutarlo, siempre estaba pendiente de los autos que pasaban, de las personas que estaban dentro de la tienda, tenía los ojos abiertos y atentos. Tal vez eso cansara a Ronan porque dejó de besarle.

—Gansey. —anunció Ronan, le enseñó el móvil. —Envió una foto de un coco.

—Presumido. Ya sé tengo una idea, —Adam saca su teléfono y hace una selfie. —Te la envío.

—Ya la envíe. —Ronan sonríe. —Ese imbécil... —le enseña a Adam el mensaje.

<<Santo cielo, Ronan no, 

no metas a Parrish en pandillas.>>

Adam suelta una carcajada.

—Dice que quiere vernos el próximo fin de semana.

—Tal vez adoptaron a una marmota.

—O sólo quieran contagiarnos de sus garrapatas.

Lanzó la lata de Coca-Cola, entró perfectamente en el cesto de basura.

—Hay que regresar.

Sueños, sin pesadillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora