En el interior de una celda con el portón abierto, Ignav estaba sentado con sus manos juntas.
Estaba rezando, en silencio y con sus ojos cerrados.
Pero incluso con tener los ojos cerrados, su olfato y sus oídos lo iban a ayudar en caso de aparecer un enemigo.
Pero además pasó por el entrenamiento de asesinos del Gremio oscuro.
Su percepción era buena a la hora de sentir a otros acercarse.
Por eso, en un instante, sintió que alguien lo tenía vigilado. O más bien, lo estaba mirando sin querer interrumpir.
Abrió sus ojos para ver a la persona que lo estaba observando.
Esa persona, recostada sobre una pared, era Zayra.
—¿Ya estás aquí? han pasado como 4 horas nada más...
—¿4 horas? estás loco. Para mí han pasado días desde que te fuiste —Zayra se le acercó. —¿Acaso el tiempo pasa lento aquí? oh, nunca pensé ver un lugar así en este mundo
Zayra sonrió ligeramente al acercarse a Ignav.
—¿Le estabas rezando al sol o a la Diosa del sol? —Preguntó Zayra.
—Rezarle a una estrella no es algo que haría. Pero... si, le rezo a la Diosa del sol —Respondió Ignav. —Me ha ayudado bastante. Gracias a la paz que me otorga es que he podido vivir todo este tiempo
Se puso de pie. Estaba cubierto de la sangre de vampiro y sus manos le estaban doliendo.
Ya no estaba cansado. Sintió que había descansado lo suficiente.
—¿Esa fé la obtuviste por tu cuenta? —Zayra mostró algo de interés.
Ignav la mató muchas veces. Ella era quien era gracias a él.
También tuvo a Ouroboros por todo lo que Ignav le hizo sufrir.
Pero nunca lo odió. Tampoco pudo sentir rencor.
Después de todo, Ignav tenía una presencia muy similar a aquellos que ella tanto quería como mamá Yaga y su esposo.
Era una presencia tranquilizadora y reconfortante.
—Fue mamá Yaga. De hecho, intenté huir del Gremio oscuro por eso mismo —Se recostó sobre la pared. —Ella me ayudó a tener fé y en la fé encontré la paz que estaba anhelando
Cerró sus ojos.
—Le estoy sumamente agradecido por ayudarme. Ella mencionó que lo que me dio fue una falsa esperanza, pero en realidad... no lo fue —Al abrir sus ojos, miró el techo. —Algo raro ya que en el mundo anterior no era alguien religioso
—Ella también me ayudó. Bastante diría yo. Aunque... es una pena que haya tenido que morir
Zayra ya le había contado a Ignav que ella misma había matado a Yaga.
También le contó la razón por la cual hizo eso.
—Voy a encontrar una pista del Fundador aquí. Voy a buscar esa libertad. De no hacerlo, le estaría faltando el respeto mamá Yaga... —Apretó sus manos. —Pero claro. Principalmente lo haré por mi hijo
—*risas* Con todo respeto, nunca pensé verte tan... diferente. Incluso sin la paz que tengo, tu lograste cambiar drásticamente
No intentó burlarse y Zayra lo sabía.
Él genuinamente estaba asombrado, además de que también la estaba felicitando por cambiar tanto.
—¿Tienes alguna idea de quién puede ser el Fundador? —Preguntó Ignav de repente.
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Ouroboros
FantasíaOuroboros, un peón del imperio de los monstruos, lucha en el campo de batalla con el único objetivo de sobrevivir gracias a su única habilidad.