Capitulo 23: Trauma

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En una taberna en medio de una ciudad sombría, había muchas personas bebiendo y comiendo.

Algunos eran humanos, otros monstruos.

Un humano en el imperio de los monstruos sería capturado de inmediato. Y un monstruo en el país Raavar sería capturado y usado.

Sin embargo, en el país del este, Luss, los monstruos y los humanos podían vivir libremente.

Ese país no tenía un gobernante en concreto.

Por esa razón era el país más problemático de todo el continente.

Ese país era tan problemático que nunca había podido ser parte del imperio, y el país Raavar no lo quiso conquistar por lo peligroso que podía ser.

Era el país perfecto para escapar y para hacer dinero, pero también era el país que podía matarte más rápido.

En la taberna, sentado en una mesa a solas, estaba un joven hombre con un plato lleno de comida frente a él.

Tenía un cabello plateado peinado hacia atrás y sus ojos con ojeras eran azules.

Su vestimenta no podía verse ya que tenía una túnica oscura por encima.

Tomó un tenedor y lo usó para comer, sin embargo, no comió de inmediato.

Miró la comida atentamente. Levantó el plato y miró por debajo.

También miró debajo de la mesa, de la silla y de una vez miró el tenedor también.

—¿Hay algo malo con la comida, señor? —Preguntó un nervioso sirviente.

—¿La comida no está envenenada?

—¿Eh? no... —Respondió con un rostro lleno de miedo.

El joven lo miró seriamente.

—¿Entonces por qué estás asustado?

—E-es que... me estás mirando con esos ojos tan aterradores

El joven colocó una mano en su rostro y bajó su mirada.

—¿Estoy mostrando una mirada... aterradora? —Mordió sus labios. —Lo... lo lamento

Decidió comer la comida que le sirvieron. Ya había pagado por ella por lo que tampoco quería botarla.

Aunque se mantuvo en guardia en todo momento.

Notó las miradas de 2 personas detrás de él.

Se comió su comida y, antes de irse, se dirigió hacia el sirviente.

—Toma —Le entregó 2 tuwas de platino. Pero no se las dio directamente, más bien se las puso en uno de sus bolsillos. —Gracias por la comida. Estuvo buena

Después de eso, salió de la taberna.

Miró a ambos lados, dio un paso hacia al frente y comenzó a correr.

De la taberna salieron las 2 personas que lo estaban vigilando.

Uno de ellos sacó una ballesta y le disparó.

Su disparo fue perfecto. Fue capaz de llegar a su objetivo a pesar de la distancia y a pesar de que estaba corriendo.

Sin embargo, la flecha desapareció al llegar al joven.

Al ver lo que estaba sucediendo, las personas de la ciudad se escondieron en sus casas.

—Void. Desertar del Gremio oscuro cuenta como una traición, sabes —Dijo el hombre de la ballesta. —¿En serio creíste que podías salir impune a pesar de la estupidez que hiciste?

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