Los espíritus eran los seres más antiguos. La mayoría de ellos eran incluso más antiguos que el mundo mismo.
Habían estado viviendo en el plano espiritual, como una masa de energía mágica nada más.
Aún así, ellos pensaban.
Sus vidas eran diferentes, ni siquiera se les veía como seres vivos.
Aún así, en la historia del mundo, algunos de ellos estuvieron involucrados.
Historias que apenas había alguien que podía recordar, a excepción de los espíritus.
De todos los miles de millones de espíritus, todos de diferentes rangos, había uno que nunca llamó la atención.
En el plano espiritual, era un espíritu rango medio.
Allí, como todos los espíritus a excepción de los superiores, nunca iba a ser nadie.
No tenía un nombre, tan solo un rango y algo que lo identificaba.
Eso era una máscara. Una máscara hecha de energía mágica, la cual era su propio cuerpo.
Pero, a pesar de no ser nadie, todos los espíritus, incluyéndolo, obtuvieron una oportunidad.
Cada uno de ellos iba a tener la oportunidad de ser alguien.
Aunque, iban a estar atados a alguien.
Salir del plano espiritual se volvió posible.
Después de todo, la energía mágica, originaria del plano espiritual, invadió el mundo entero mediante un contrato de los seres más poderosos.
Ese contrato fue hecho por 2 entidades, cada una de ellas por encima del mundo y de los seres vivos.
Uno de ellos, visto como el Dios del mundo, como la luz y la salvación.
Ese ser era el sol.
La entidad conocida como sol hizo un contrato con otra entidad para traer la energía mágica al mundo.
Esa otra entidad no tenía un nombre. Tampoco tenía una apariencia fija.
Ese ser era el primer espíritu de todos.
Era la entidad que representaba todo el plano espiritual y la energía mágica.
Un espíritu superior que incluso estaba por encima de los demás.
Era visto como el padre de los espíritus.
Y, ya que era el pináculo de los espíritus, solamente un ser poderoso como el sol pudo hacer un contrato con él. Tan grande como para afectar el mundo entero.
Aún así, a pesar de traer energía mágica al mundo, ningún espíritu pudo salir a excepción del primer espíritu.
Los demás tuvieron que esperar muchos años más tarde, hasta que los cepher crearan las runas mágicas.
Con eso, los espíritus comenzaron a ser invocados.
Cada uno de ellos esperó su momento.
Era aleatorio. La habilidad del invocador y el rango del espíritu dependía, pero ningún espíritu era invocado porque así lo quería.
Tuvieron que esperar años, décadas, siglos y hasta milenios para ser invocados aunque fuera por un momento.
El espíritu de la máscara esperó su momento por largos años, hasta que llegó.
Apareció su máscara nada más en el suelo al ser invocado.
A pesar de ser una máscara sin cerebro ni nada, tenía sus 5 sentidos, además de una percepción que ni él mismo imaginó tener.
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Ouroboros
FantasyOuroboros, un peón del imperio de los monstruos, lucha en el campo de batalla con el único objetivo de sobrevivir gracias a su única habilidad.
