Capitulo 137: Compasión y orgullo

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El líder de la secta, Clyde, sintió un agudo dolor en su tercer ojo.

El dolor fue tan difícil de soportar que sus sentidos se nublaron por un momento.

Intentó echarse hacia atrás para evadir los ataques de Halloween. Quería mantenerse alejado para recuperar su compostura.

Sin embargo, por su mente pasaron memorias pasajeras que no tenían nada que ver con él.

Esas memorias no eran de él, eran de alguien más.

Vio 2 memorias de diferentes personas.

En su primera memoria a un pequeño dragón dorado con una majestuosidad insuperable.

Luego volvió a ver al mismo dragón. En esa ocasión era un dragón adulto. Un dragón que, con tan solo verlo, tenía un toque divino.

Sin embargo, esas memorias sin sentido, estaban cargadas de una emoción.

Tristeza. En la primera memoria sintió tristeza, en la segunda también. Al grado de que Clyde comenzó a llorar.

—Abuelo...

En esas memorias que vio, el dragón dorado era aquel Rey dragón que había vivido muchos milenios.

Incluso sin verlo, Clyde supo que él Rey dragón había fallecido.

El dolor en su ojo se fue, pero el nudo en su garganta no se fue.

Independiente de cómo murió o quién lo mató, la tristeza iba a ser igual.

-¿Eres incapaz de tener ese poder, eh? bueno. Era de esperarse. Es un poder hecho para mí -Dijo Halloween. -Pero, aún así. Es asqueroso verte llorar de la nada

-Escucha bien, Halloween -Limpió sus lágrimas. -El Gremio oscuro llegará a su fin. Incluso si yo no lo hago, alguien más lo hará

Señaló a Halloween.

-Tus objetivos, tus ambiciones o deseos no te llevarán a ningún lado. Al final del camino, la muerte es lo que te espera

-Yo no tengo objetivos, ni ambiciones ni deseos. Lo que hay en mi son hechos innegables -Levantó sus manos. -Obtendré ese poder y... seré la máxima autoridad en este continente. No, en el mundo

Tratar de llevarle la contraria era imposible.

Además, Clyde no tenía interés en hacer eso.

Tan solo quería matar al slime delante de él.

Halloween usó una explosión de oscuridad, golpeando a Clyde.

Su cuerpo se llenó de una capa de oscuridad que negó el poder del sol.

Sin embargo, Clyde se mantuvo calmado.

Usó unas runas mágicas doradas que eliminaron la capa de oscuridad con una cálida luz.

Era la primera vez en su vida que Halloween veía esas runas mágicas, pero supo de que eran al verlas.

Runas mágicas solares, pensó Halloween.

Con un chasquido de sus dedos, Halloween realizó una explosión de aire.

Sin embargo, justo en ese momento, vio una sombra que se estaba acercando a él.

Saltó a un lado. Por primera vez en la batalla decidió evadir un ataque.

De la sombra apareció una mano gigante que lo atacó, golpeando su cuerpo.

La mano intentó agarrar su cuerpo, pero Halloween se volvió líquido y apareció a un lado.

Para sorpresa de Halloween, la mano gigante usó runas mágicas de fuego, disparando una red carmesí que, al aprensar a Halloween, comenzó a evaporar su cuerpo.

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