Capitulo 47: Fiesta

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El duque Mario decidió hacer una fiesta en su casa e invitó a personas de todas partes de sus tierras.

Sin embargo, tampoco esperó que todos pudieran venir.

El primer lugar a algunos les habría tomado días en llegar.

Fue algo repentino que se dio al repeler al vampiro que amenazó con eliminar las tierras del duque.

A la mañana, ya la gente estaba llegando.

La mayoría eran personas de 40 a 70 años aproximadamente.

Aún así habían algunos niños y adolescentes.

Y, como no podían faltar, los esclavos mismos fueron invitados a la fiesta del duque.

A pesar de ser en la casa de Mario, afuera de su casa era que estaban las mesas para los invitados.

Todo fue preparado lo más rápido posible pero no por eso quedó mal.

Las bebidas no podían faltar.

Era lo más importante de las tierras del duque Mario en primer lugar.

Café, té, vino y también cervezas.

Sin embargo, también habían jugos hechos de diferentes frutas.

Era el mejor producto, teniendo una calidad insuperable, dentro y fuera del país Raavar.

Además de las bebidas, había algo adicional que era necesario en una fiesta.

Y eso era los instrumentos musicales para tocar hermosas melodías.

La música era relajante, pero el baile generado por la música era lo que estaban buscando.

Todos estaban bailando. No había necesidad de tener una relación amorosa.

Incluso los amigos y hasta los familiares mismos decidieron bailar.

El ambiente en la fiesta era lo habitual en las tierras del duque Mario.

¿Cuál era la razón por la cual las tierras tenían tanta felicidad?

Para todos, la única razón era aquel que estaba en la cima. El gobernante de esas tierras. El duque Mario Onailati.

Sin embargo, Mario nunca pensó eso. Para él, las personas de sus tierras era lo más importante y lo que había hecho que esas tierras obtuvieran felicidad.

Hizo todo para su gente en primer lugar, pero fue gracias a ellos que decidió actuar.

Además no lo hizo solo. Había una persona que estuvo con él en todo momento.

Esa persona estuvo con Mario en las buenas y en las malas.

No solamente lo apoyó en todo, sino que también ella misma actuó por su cuenta, trayendo prosperidad en esas tierras.

Habían pasado 8 años desde su muerte, pero aún así el lugar se mantuvo igual.

Después de todo el espíritu de Shilia estaba en las personas de las tierras del duque.

Su felicidad y su bondad iba a perdurar por generaciones en esas tierras.

—Todo es grracias a ti, Shilia

El duque Mario estaba frente a la pintura de su esposa.

Tocó la pintura con una sonrisa nostálgica que le sacó una pequeña lágrima.

Como no podía faltar, portaba su traje habitual pero elegante.

No tenía tal traje para mostrar la diferencia en la jerarquía, lo hacía como costumbre. Además le gustaba portar trajes de esa manera.

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