Capitulo 160: Rendición

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—Esto dolió. Un poco más y me dejabas con una herida fatal —Dijo Kassar. Su herida había sido atendida, además tenía vendajes en su torso.

A pesar de sufrir una herida y a pesar de poder haber matado personas sin darse cuenta, Kassar se mostró tranquilo.

Lo primero que hizo fue tomar una botella de cerveza y beber. Después de todo, estaba sediento.

Gale estaba a su lado. Estaba sentado, pensando de más.

Mató personas. No todos eran soldados, habían miembros del Gremio oscuro, pero aún así mató soldados.

Él no fue el único. Kassar, Sphynx, Ophelia y hasta entre ellos mismos se mataron.

La moral de todos bajó. Se sintieron completamente derrotados.

Creyeron que tenían alguna oportunidad de luchar contra el Gremio oscuro, pero las muertes en ese lugar les trajo una nueva realidad.

El país Raavar no estaba preparado para luchar contra el Gremio oscuro. No tenían ninguna oportunidad para empezar.

Querían proteger hasta el final. Iban a dar sus vidas de ser necesario, pero no protegieron. Lo que hicieron fue matar a los suyos.

—Ayudé un poco. Al menos hice agujerros parra enterrar a los soldados —Sphynx se les acercó. —Es lo menos que puedo hacerr porr ellos

Estaba abatida. Mató soldados también.

Incluso antes de llegar a la academia, ya había visto a esos monstruos.

Allí también debí haber matado soldados, pensó.

—Perdón por eso, Sphynx. Quería ayudar, pero... —Gale bajó su mirada. —Me siento mal. Enfermo después de saber lo que ocurrió aquí

Los soldados que sobrevivieron estaban ayudando. Estaban tomando los cadáveres para enterrarlos.

Mientras lo hacían, otros estaban trayendo agua.

Después de la gran intensa batalla, beber agua era necesario con la sequía que estaba azotando el mundo.

La única que no estaba haciendo nada era Ophelia.

Sintió que todo eso fue su culpa.

No quería mostrar su cara después de todo lo que ocurrió.

—Héroe —Un soldado se acercó a Gale. —Por favor. Venga conmigo un momento

Gale decidió ir junto al soldado.

Mientras lo hacía, en su mente pensó en lo peor.

Vinieron memorias de él cuando era un niño.

En aquellos tiempos, sus padres lo entrenaron.

Eran entrenamientos fuertes para un niño, pero nunca se quejó.

Después de todo, la insistencia de sus padres lo ayudó a ser una mejor persona.

Su convicción y su voluntad para proteger su país y a otros vinieron de ellos.

Por eso, siempre iba a estar agradecido con ellos.

Más adelante, Gale vio a los últimos cadáveres que los soldados estaban tomando para enterrar.

La mayoría de esos cadáveres tenían heridas de espadas, otros de flechas.

Y, entre esos cadáveres, había un cadáver en particular.

Gale lo sintió. Odió tener su bendición de intuición en esa situación.

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