Capitulo 38: Por Barbatos

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En el interior de una casa normal, sin nada de elegancia, estaba el duque Mario.

Estaba sentado en una silla, bebiendo una taza de té hecha de plantas especiales que se plantaban en sus tierras.

Su sabor era algo dulce, como un café, si se bebía frío.

De calentarlo, el sabor dulce se perdía. Debido a eso, la gente de esas tierras preferían beber té frío ya que su sabor era único.

El duque Mario lo bebió tranquilamente. Su rostro mostró algo de satisfacción al tragar y sentir el sabor de ese té.

—Señor

El reptil Vegyn estaba junto a él. Estaba de pie, atrás de la silla del duque.

Ya que se estaba haciendo de noche, podía salir sin ser visto.

—¿Qué sucede? —Preguntó Mario.

—¿Debería ir por Zayra?

—No. Todavía no. Esperra un poco

Vegyn le obedeció. Permaneció en silencio después de eso.

Hasta que el duque pidió su opinión.

—¿Qué piensas sobrre ellos? —Preguntó Mario. —La nueva Vigilante y su hijo. No incluyo a la chica ya que clarramente no es como ellos

—Zayra, la nueva Vigilante, se ve peligrosa. No quiero decir que sea fuerte. Me refiero a que... carga una vibra incómoda. Sus ojos lo confirman —Opinó Vegyn. —Y su hijo... bueno, no parecía hablar mucho, pero por alguna razón parecía estar muy atento a todo. Su actitud era... extraña

Eso llamó la atención del duque.

—Porr favorr. Explícate

—Porte, manera de hablar, vestimenta, accesorios y los alrededores. Estaba viendo todo de usted, como si lo estuviera analizando

—Hmm... no es que me incomode eso, perro definitivamente es rrarro —Levantó su taza. —Vegyn. Un poco más de té, porr favorr

Vegyn buscó el frasco lleno de té para servirle al duque.

A pesar de que era su guardaespaldas, parecía más un sirviente normal.

—Grracias —Bebió de la taza. —Vegyn. Ya puedes irr

—Entendido —Cubrió su rostro con la capucha antes de salir.

El duque permaneció solo en esa casa, pero estaba tranquilo.

—No me odies porr esto. Tan solo crreo que es lo mejorr —Llevó la taza de té a su boca.

*******

Afuera de la cabaña, justo al lado de la carreta, estaba Zayra y Stella.

—Me gustaría hablar de algo, Zayra

Zayra, la cual estaba recostada de la carreta y mirando las estrellas, dirigió su mirada hacia Stella.

—Claro. Habla. Tienes el derecho de hablar

—Es sobre Ouroboros

Obtuvo toda la atención de Zayra al mencionar el nombre de su hijo.

Sus ojos inmediatamente se volvieron serios.

—¿Mi hijo? ¿estás enamorada de él? eso debes hablarlo con él. Aunque aprecio que me lo digas

—¿Qué? no. No tiene nada que ver con eso. Es sobre... bueno, su actitud

Zayra decidió hablar. Se mostró atenta a lo que Stella tenía que decir.

—Como sabes, se despierta en medio de la noche y apenas duerme. Dice que no es un trauma a pesar de que lo es. Es... difícil de entender

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