Caminar por varios días por un llano desértico fue demasiado para Ouroboros.
Caminó y caminó junto a su madre, pero no pudo más.
A pesar de que no le gustó y a pesar de que nunca iba a hablar sobre eso, su madre lo terminó cargando.
Gracias a su velocidad y su mayor resistencia, su madre llegó a la capital más rápido de lo normal.
Aunque, a diferencia de Zayra, Ouroboros no pudo entrar a la capital al no tener un permiso.
—Tengo un permiso. Mi hijo debería poder entrar conmigo, querido guardia
—No. No puedo hacerlo, señora
—¿Señora? uy, cuidado con esas palabras. Hieren mi dulce y cálido corazón
Su tono coqueto dejó nervioso al guardia.
Pero sobre todo su mirada. Una mirada dulce, una actuación perfecta.
—El joven aquí no puede pasar sin un permiso. Lo lamento, pero son las reglas
—Entiendo. Eres bastante amable
De abajo de su permiso, Zayra sacó otro permiso.
—Magia... —Mostró ambos permisos. —¿Los puedes ver, verdad?
El guardia miró ambos permisos para asegurarse de que fueran reales.
—¿Entonces por qué no hiciste eso desde un principio? —Preguntó el guardia. —En fin, pueden pasar. El permiso es real
—Gracias, guapo
Entró a la capital del imperio junto a su hijo.
Ya que Ouroboros estaba todo sucio, decidieron ir a una posada.
En la capital habían varias posadas, pero fueron a la más cercana.
Rentó una habitación junto a su hijo.
—Ve a darte un baño. Yo lo haré cuando vuelva
—Espera, ¿a dónde vas?
—No te voy a dejar solo. Iré a comprar algo
Salió de la habitación, dejando a solas a su hijo.
Inmediatamente, Ouroboros comenzó a mirar sus alrededores. Sintió frío, se sintió mareado.
Se dirigió al baño. Allí, al lado de la bañera, habían 4 piedras mágicas de agua.
Tomó una y la rompió, llenando la bañera de agua.
Era su primer baño normal en mucho tiempo.
Los peones eran mojados nada más y seguían trabajando.
Los únicos lugares donde podían darse un buen baño eran en ríos o lagos al estar trabajando en cosechas.
Sin embargo, trabajos como esos comenzaron a disminuir con la creación de Gegan.
Ouroboros entró y relajó su cansado cuerpo.
No cerró sus ojos en ningún momento.
Sabía que, de hacerlo, podía quedarse dormido.
Al terminar de bañarse, escuchó la voz de su madre.
—Toma —Cubrió su rostro con su elegante sombrero al abrir la puerta del baño. —Aquí te traje ropa nueva
Colocó la ropa que compró en una esquina del baño y salió.
Me da vergüenza que mi madre tenga que comprarme ropa, pensó Ouroboros.
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Ouroboros
FantasyOuroboros, un peón del imperio de los monstruos, lucha en el campo de batalla con el único objetivo de sobrevivir gracias a su única habilidad.