Capitulo 81: Alterar el futuro

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Para ganar, había que arriesgarse. Además uno tenía que estar muy alerta y sobretodo decidido.

Las agallas era algo necesario, pero la cautela lo era aún más.

Los planes, la inteligencia, todo era útil.

Había que usar los números y las ventajas.

En una batalla o en una guerra, hasta el más mínimo esfuerzo era útil, pero sobretodo necesario.

¿Pero cómo derrotar a alguien con un poder absoluto?

La respuesta era muy simple: ser superior, ser más fuerte.

Sin embargo, no había nadie más fuerte en ese lugar.

Él era la cara de ese lugar. Cargaba con una responsabilidad enorme, pero esa responsabilidad era inferior a su poder.

Por eso, a pesar de sus intentos, no encontraron un camino que los llevara a la victoria.

No tuvieron oportunidad desde un principio.

Su poder simplemente era muy grande.

La mejor opción para ganar era no participar.

Sin embargo, eso era muy tarde para ellos.

Tomaron una decisión y esa decisión los llevó a su fin.

La nieve estaba manchada de sangre. La nieve ya estaba cubriendo los cadáveres.

Nadie recogió los cadáveres ya que la lucha aún no había acabado.

Esos cadáveres eran de mercenarios que, con tan solo recibir un golpe, murieron.

Eran humanos normales. Sobrevivir a tal fuerza les fue imposible.

Aún así, no todos habían muerto.

Un mercenario aún quedaba de pie.

Dio todo con tal de derrotar a aquel que estaba en la cima del país Azure.

No, no solamente era la cima del país Azure, era la cima de su especie.

—Yo no entiendo. Ambos perdieron una vez contra mi. ¿Por qué luchar de nuevo?

El Príncipe azul limpió la nieve que había quedado en sus hombros.

Estaba tranquilo. En ningún momento se sintió amenazado.

—El asesino del Gremio oscuro este fue duro. Pero mira, retrocedió y te dejó atrás —Haze cerró sus puños. —Kassar. No podrás huir como él. Después de todo te voy a matar aquí y ahora

Kassar estaba cansado de luchar. Había estado luchando, dándolo todo, pero no pudo hacer nada.

El poder del Príncipe azul simplemente no podía ser superado por ellos.

—Oye. Deja de hablar. Realmente hablas mucho —Kassar sacó una botella. —¿Te gustaría beber algo? vamos. Solo un poco

Se habría tomado la batalla en serio. Después de todo lo había hecho. Pero sabía que todo había acabado.

Usó runas mágicas de curación en su abdomen para apaciguar el dolor, pero detener el sangrado fue imposible.

Para su suerte, podía beber una última botella.

—Eras un adolescente. Eras fuerte antes, pero... ahora eres fuerte también —Comenzó a beber de su botella. —Fue una experiencia buena. Me gustó

El mercenario Kassar Aveir estaba sentado en la nieve mientras la herida en su abdomen seguía sangrando.

La nieve a su alrededor estaba roja.

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