Al día siguiente, Shakalrez apareció con una carreta. Estaba completamente vacía.
Cada uno de ellos era capaz de subir y aún así quedaba algo de espacio.
La carreta no estaba siendo arrastrada por ningún animal o monstruo.
En las ruedas habían runas mágicas de gravedad. Shakalrez estaba usándola exactamente como Stella.
-Así que también usas esto así... -Stella se fijó en las ruedas. Era la primera vez que veía a alguien usando ese método además de ella.
-Una tarea sencilla, como la orina de Clair que es amarilla -Cantó Shakalrez. -Perdón. No fue mi intención
-Definitivamente lo fue... -Clair subió a la carreta. -Suban todos. Serán llevados a dónde quieran
-Queremos ir al campamento de los mercenarios -Dijo Zayra mientras subía a la carreta. -¿Podrías llevarnos, dama?
-Acabo de decir que lo haré
Todos subieron a la carreta.
Después de que subieron, la carreta comenzó a moverse.
Aunque Stella notó la diferencia entre velocidades.
Su carreta iba rápida hasta cierto punto, pero la de Shakalrez, además de ser más veloz, tenía mayor estabilidad.
Stella no pudo evitar mostrar asombro.
Para llegar al campamento de los mercenarios les iba a tomar buen tiempo. Después de todo estaban en el sur de Luss.
La persona que se sintió más incómoda fue Clair al estar con un mercenario, un monstruo que ni comprendía, su hermano, su madre y la usuaria de runas mágicas que una vez la golpeó.
Todos ellos colaboraron con el Gremio oscuro y mataron a varios en el ataque al país Azure.
Para Clair, que era de la secta, estar con ellos era una horrible experiencia.
Sin embargo, tenía que proteger a aquellos que le daban la felicidad a su padre.
Si Ouroboros o Zayra morían, ella sabía que su padre iba a estar muy triste.
Por eso decidió soportar todo el viaje.
Que alguien diga algo, pensó Stella al ver que Ouroboros estaba mirando fijamente a Clair.
Lo hizo intencionalmente para ver su reacción.
Ella sabía que él la estaba mirando, pero ni lo miró. Lo ignoró.
Para suerte de todos, Zero decidió ayudar un poco a eliminar la tensión.
-¿Kassar, verdad?
-¿Hmm? si. Ese es mi nombre -Kassar abrió los ojos de repente. Ni siquiera imaginó que le fueran a hablar.
-¿Cómo fue que... perdiste el brazo y el ojo? -Preguntó Zero. -Claro. Si no te... molesta responder
Su pregunta captó la atención de todos. No por interés, sino porque podían recostarse de la respuesta de Kassar para seguir con una conversación por el viaje.
Era necesario. De lo contrario, la tensión y el aburrimiento se iba a volver insoportable.
-Mi ojo lo perdí hace varios años. Fue una situación que ni siquiera yo comprendí. Digamos que una persona apareció, me retó, luchamos y se marchó después. Claro, perdí mi ojo, pero no necesariamente perdí. Diría que fue un empate -Respondió Kassar. -Era una mujer. Humana, de hecho. Era bastante fuerte ya que luché en mi mejor momento. Aunque no podía usar mis bendiciones
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Ouroboros
FantasíaOuroboros, un peón del imperio de los monstruos, lucha en el campo de batalla con el único objetivo de sobrevivir gracias a su única habilidad.