Al caer la noche, el evidente frío apareció en todo el Valle del caos.
Así como de día hubo un calor horrible, de noche había mucho frío también.
Aunque, si tuvieran que escoger entre el frío y el calor, todos estuvieron de acuerdo de que el frío era mejor.
De todos ellos, el único que fue afectado por el frío fue Gabbe ya que no tenía algún tipo de resistencia hacia el frío.
Stella nació y vivió en Azure, el cual era un país gélido.
Zero era literalmente un ser de bajas temperaturas.
Ignav y Oldor tenían pelaje por lo que ese frío apenas les afectó.
Y, aunque no tenían tanta resistencia al frío, Zayra y Ouroboros se mostraron normales también.
—¿Crees que el calor seguirá igual? —Preguntó Ouroboros. Estaba afuera de la cueva junto a Stella.
—El sol es algo que está fuera de nuestro alcance. Así que, para poder responder a esa pregunta, debería saber lo que causó ese calor —Dijo Stella.
—Estaba esperando tu opinión. No una respuesta intelectual —Ouroboros la miró con los ojos medio cerrados.
—A decir verdad, me preocupa —Stella subió a la carreta. —En un año, según Ark, el mundo acabará. Si el causante es el sol, significa que ya se está mostrando el principio de ese fin
—Si algo así fuera a ocurrir, estaría en un bucle infinito. Moriría y todo volvería —Ouroboros también subió a la carreta. —Realmente espero que eso no suceda
Stella ni siquiera se había puesto a pensar en eso.
Si algo grande como el sol fuera el causante del fin del mundo, nadie podría evitarlo.
Y, ya que no podía ser evitado, el fin del mundo sucedería una infinidad de veces.
Considerando que Ouroboros pueda retroceder el tiempo sin algún límite, pensó Stella.
—¿Quieres que haga piedras mágicas? —Preguntó Ouroboros al ver el rostro lleno de preocupación de Stella.
Inmediatamente, los ojos celestes de Stella brillaron.
—Me encantaría —Respondió de inmediato. —Una de tierra, por favor
—¿Tierra? bueno, está bien
A pesar de que su mente no estaba completamente sana, Ouroboros se estaba sintiendo mejor. Al grado de estar seguro de poder crear piedras mágicas sin problemas.
Y, ya que a Stella le agradó, decidió hacer piedras mágicas para disipar la preocupación de ella.
Sin embargo, la experiencia fue diferente para ambos.
Normalmente Stella se quedaba al margen, observando la creación de piedras mágicas.
Pero, en esa ocasión, recostó su cabeza sobre el hombro izquierdo de Ouroboros.
De esa manera, pudo ver la creación más de cerca.
—No te quedes dormida ahora
—No... no lo haré —Stella levantó su mirada, haciendo contacto visual con Ouroboros.
Sus ojos celestes miraron fijamente los ojos dorados de Ouroboros, el cual, incluso de esa manera, pudo mantenerse concentrado.
—Te voy a contar algo que siempre he querido hacer. No es nada espectacular, pero... realmente espero lograrlo —Dijo Stella.
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Ouroboros
FantasyOuroboros, un peón del imperio de los monstruos, lucha en el campo de batalla con el único objetivo de sobrevivir gracias a su única habilidad.
