Al abrir la puerta, Zayra se encontró con una enorme sala en donde algunos sirvientes se estaban escondiendo.
Estaban detrás de algunas cosas, como mesas, cortinas, etc.
Estaban asustados. No parecían querer luchar.
Y, ya que no querían luchar, Zayra los ignoró.
O eso fue lo que quiso hacer.
Una sirvienta usó runas mágicas de trueno, lanzando rayos que Zayra evitó, se le acercó y, con con el agarre de la espada que tenía en manos, la golpeó en la cabeza.
—No es necesario matarlos a ustedes. Deberían irse
No la mató. Tan solo la dejó inconsciente con el golpe.
Al final de esa sala enorme y bien decorada, principalmente con flores y plantas, había unas escaleras que llevaban a un segundo piso.
Zayra pensó que Barbatos podía haber huido. Había tenido tiempo de hacerlo.
Podía buscar alguna salida, pero primero subió al segundo piso.
En ese piso lo único que había era un largo pasillo con al menos 20 puertas.
Abrió una puerta, pero no había nada. Tan solo una cama.
Debe ser un cuarto de los sirvientes, pensó Zayra.
Habría abierto todas las personas hasta encontrar a Barbatos.
Y eso fue lo que iba a hacer, pero empezó desde las últimas puertas al final del pasillo.
Como pensó, la última puerta era la que estaba buscando.
Al abrir la puerta se encontró con una habitación diferente.
No solamente la cama era más elegante, sino que todo en general, como las alfombras rojas, eran de alta calidad en comparación a las otras habitaciones.
—Lindo cuarto —Comentó Zayra.
—Gracias
Sentado en una silla de cuero color roja al lado de una ventana, estaba un hombre mayor de tez bronceada.
No tenía cabello, solamente gruesas cejas canosas y una barba larga amarrada.
Tenía una cicatriz en su frente que iba hasta el lado derecho de su cabeza, tomando parte de su oreja derecha también.
Sus ojos, que apenas podían verse por sus cejas, eran marrones oscuros.
Su vestimenta parecía una pijama blanca con cuadrados rojos en el área de sus brazos y cuello.
—¿Deseas un poco? —Le ofreció una botella a Zayra.
—¿Eso es cerveza? no estaría mal, pero debo pasar —Zayra cerró la puerta de la habitación. —Barbatos Aveir, ¿verdad?
El hombre sonrió ligeramente mientras comenzaba a beber de la botella.
—El duque Mario es grande. Incluso yo, el más fuerte de este país y un gran héroe, tiene menos popularidad que él. Bueno, el rey también —Colocó la botella sobre sus piernas. —Pero debo decir. Es un gran hombre
Zayra se cruzó de brazos.
Tenía la costumbre de hablar con aquellos que iba a eliminar, pero en esa ocasión no hizo falta preguntar.
Él comenzó a hablar por sí mismo.
—Tiene las tierras más hermosas del país. Por eso estoy aquí. Además tiene las mejores bebidas. Té, café, vino, cerveza. Todo lo que sale de aquí es calidad...
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Ouroboros
FantasyOuroboros, un peón del imperio de los monstruos, lucha en el campo de batalla con el único objetivo de sobrevivir gracias a su única habilidad.