Capitulo 136: Impecable Rey dragón

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Tasmania no era capaz de entender lo que estaba sucediendo.

Había estado constantemente matando a Ilussio, pero aún así volvía.

Siguió y siguió, pero nada acabó.

—Ven —Ilussio sacó una espada. —Estoy seguro que golpearme se siente bien, pero también quiero haaacerlo

La espada en sus manos generó un gélido aire que rodeó a Tasmania.

Ilussio sacudió la espada, levantando varios picos de hielo hacia Tasmania.

El felino no los evadió. Con su propio puño abrió paso.

Rompió los hielos y alcanzó a Ilussio de inmediato.

Al tenerlo de frente, lo atacó con un puño directamente en su rostro. 

Para su sorpresa, la espada de hielo lo tocó antes y lo empujó hacia atrás con aire gélido.

—Cuidado. No soy nada fuerte, pero eso no significa que vaya a perder —Levantó la espada de hielo. —La fuerza no lo es todo, sa...

Antes de poder terminar, alrededor del cuerpo de Tasmania aparecieron partículas de luz.

Esas partículas crearon una especie de capa de luz que Tasmania usó para golpear a Ilussio.

A pesar de que la capa de luz parecía ser tela, era sólida.

—La fuerza no lo es todo. Ciertamente —La capa llegaba hasta el suelo. La arrastró por la arena.

El golpe que Ilussio recibió en su rostro dejó de existir.

O más bien, nunca ocurrió.

Pero eso era algo que Tasmania no se había dado cuenta.

—Luz... ¿una bendición de luz? —Ilussio disparó varios proyectiles de hielo.

Tasmania movió su cuerpo para que la capa lo protegiera de los proyectiles.

Al tocar la capa de luz, los proyectiles se cayeron como si hubieran chocado con una pared.

La espada de hielo de Ilussio fue cortada por la mitad. Así como su cabeza también cayó al suelo.

Tasmania se movió tan rápido que Ilussio fue incapaz de verlo.

Aún así, sin importar sus esfuerzos, matar a Ilussio le fue imposible.

Ilussio regresó. Apareció detrás de Tasmania con una especie de cañón en sus manos.

Disparó una bala sin fuego, sin magia. Era una bala circular que, al golpear la capa de Tasmania, la atravesó y lo golpeó por su cintura.

Sintió tanto dolor que colocó ambas manos en la arena.

El golpe le causó más dolor de lo que imaginó.

Aún así, Tasmania no estaba acabado. Aún tenía más fuerzas para seguir luchando.

Su capa de luz cayó en la arena. Sin embargo, no cayó como arena. Cayó como pedazos de piedra.

—¿Huh? ¿piedra? —Ilussio rascó su barbilla. —No era luz, sino piedras... ¿piedras?

Aún siguió sin entender el poder de Tasmania.

Estaba seguro de que su capa era de luz, no de piedra.

—Te tengo...

Tasmania corrió hacia otro lado. No corrió hacia el Ilussio que estaba viendo.

A pesar de no poder ver lo que tenía de frente, sintió el tacto de alguien.

Sin pensarlo 2 veces lo atacó, pero al hacerlo, dolor apareció en su mano.

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