Capitulo 41: Sobrevivir, no vivir

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El ex héroe Barbatos escuchó que alguien tocó a la puerta de su habitación.

—Adelante

Un soldado entró e inmediatamente se inclinó ante él.

—Señor. La mansión entera fue cubierta por una niebla. Todos están asustados —Informó. —La gente está asustada. Creemos que es el ataque de un enemigo

—¿Un enemigo está aquí para atacarme? ya he tenido suficiente de lo mismo —Bebió de una botella. A pesar de su hablar normal, estaba borracho. —Ustedes deberían poder detener al...

El grito de alguien interrumpió a Barbatos.

Un siguiente grito se escuchó.

Al darse cuenta que había un enemigo alrededor de su mansión, Barbatos decidió salir de su habitación.

Pasó por un largo pasillo de su mansión y bajó al primer piso.

Los sirvientes estaban aterrados. Estaban mirando por una ventana.

—Señor... —Una sirvienta señaló algo. —Mire eso

Barbatos decidió hacerle caso. Miró por le ventana, quedándose atónito.

Allí afuera vio a una criatura con un enorme ojo amarillo.

Con la grotesca boca en su torso estaba comiéndose a los soldados.

Su masticar hizo que todos cubrieran sus ojos. Esa escena los dejó con ganas de vomitar.

—Estoy seguro que guardé el tesoro en el río. ¿Por qué esa criatura está aquí?

La criatura tomó el cadáver de un soldado y lo lanzó con sus anchas manos, rompiendo la ventana.

Saltó al interior de la mansión, agarrando a un sirviente con su lengua.

Lo atravesó en su cuello y con la boca de la lengua lo devoró hasta dejarlo sin cabeza.

—Había escuchado que la criatura que iba a ser atraída era fuerte, pero no sabía que era tan grotesca

Todos corrieron de inmediato para salvarse. El único que no se movió fue Barbatos.

Usó runas mágicas de fuego para lanzar chispas de fuego que, al hacer contacto con el monstruo, estallaron.

—Ahora debo...

La lengua del monstruo atacó a Barbatos.

Con mucha tranquilidad, Barbatos creó una barrera de hielo.

Sin embargo, la lengua atravesó la barrera y alcanzó el costado derecho de Barbatos.

Intentó romper la lengua con runas mágicas de gravedad, pero no funcionó.

En el momento en que hacía contacto con el monstruo, con cualquier parte de su cuerpo, la magia se deshacía.

—¿Es inmune a la magia?

La lengua mordió el costado derecho, arrancando todo su costado.

No había nada que pudiera salvarlo.

El monstruo era inmune a las runas mágicas, la cual era su mayor especialidad.

Estaba muriendo, pero no iba a morir solo.

El monstruo lo tomó con sus manos y comenzó a devorar todo su cuerpo, esparciendo todo sus pedazos por el suelo.

El dueño de esa mansión, el héroe más fuerte, murió en cuestión de segundos por culpa de ese monstruo.

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