Stella abrió los ojos. Sintió su cuerpo algo pesado y cansado, pero pudo sentarse.
Usó fusión. Su energía mágica era un desastre. Por eso no esperó abrir los ojos tan rápido.
Aún así, no comprendió dónde estaba.
No solamente estaba en una cama en una habitación desconocida, sino que estaba completamente desnuda.
—Me habrían vestido. Estoy segura de eso...
Al mirar a su lado, vio a alguien más en la cama. Estaba durmiendo.
No entendió lo que estaba pasando. Creyó que había estado mucho tiempo durmiendo.
Después de todo, esa persona era Ouroboros y Ouroboros debía estar en el sur de Raavar.
—Ouroboros...
—Stella. Realmente eres... —Ouroboros acarició el rostro de Stella. —Me fascinas, Stella. Soy feliz de saber que estás conmigo
—G-gracias...
Stella quería hacer varias preguntas. Quería aclarar lo que estaba ocurriendo.
Sin embargo, Ouroboros no se lo permitió. La besó lentamente y la volvió a acostar.
—Me gusta, Stella. Estas pecas en el área de tus pechos —Ouroboros lamió su cuello. —Soy tan afortunado de tenerte
Stella no lo pudo soportar. Olvidó todas las preguntas que quería hacer.
—¿Qué haces calentándome? eso... eso siempre lo hago yo
—Lo sé, pero quería darte una sorpresa
Stella no había despertado. Tan solo estaba soñando.
Seguía inconsciente. Estaba acostada en una cama, en una de las casas de las tierras de Mario.
Sus heridas fueron atendidas, además de que limpiaron la sangre en ella.
Y en todo momento, Elvira se quedó cerca de ella.
—*suspiro* ¿Qué sucederrá con este lugarr ahorra? —Se preguntó Elvira mientras miraba por una ventana. —Muchas perrsonas murrieron, muchos perrdieron sus hogarres
No pudieron calcular la cantidad exacta de muertes. Después de todo habían pasado unas 24 horas.
La destrucción fue enorme y muchas personas ni siquiera dejaron cuerpos atrás por los ataques de Salem.
Recuperarse de todo eso era muy difícil pero no imposible. Por eso, Elvira intentó mantenerse optimista.
Sin embargo, el estado de ánimo de todos no era el mismo.
A través de la ventana, logró ver a Mario.
Estaba herido y cansado. Su rostro estaba hinchado y lleno de moretones.
Aun así, estaba sentado delante de una tumba.
Una tumba que él mismo cavo para su amigo Vegyn, quien fue asesinado por Salem.
También hizo otros agujeros para las otras personas que murieron en los alrededores.
—Salem murrió. Eso es lo imporrtante. Sin embarrgo, morriste, amigo mío —Cerró el único ojo sano ya que el otro estaba tan hinchado que no podía abrirlo. —Sabes. Siemprre crreí que yo iba a morirr primerro. Querría morrir de viejo, mientrras tú aún seguías viéndote igual
Mostró una pequeña sonrisa nostálgica.
—No te voy a llorrar, amigo mío. Si lo hago, los demás llorrarán también —Se puso de pie. —Aun así... hay algo que siemprre he querrido preguntarrte
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Ouroboros
FantasyOuroboros, un peón del imperio de los monstruos, lucha en el campo de batalla con el único objetivo de sobrevivir gracias a su única habilidad.