La noche cayó. Y con eso, el ambiente de la base de Luss cambió.
Era el momento en que ese ser maligno iba a salir para buscar niños.
—Ah... comer almas, comer almas
De la casa en la que Yaga salía de la base, estaba una anciana con su espalda encorvada.
Su cabello era completamente blanco y sus ojos tenían un color violeta oscuro.
Su nariz era larga y puntiaguda, además tenía una gran verruga en su mejilla derecha. Casi cubría su ojo derecho.
—Comer. Comer —Levantó su mano derecha. —Vengan, pequeños. Hoy no les toca obtener un cuerpo. Serán... mi comida
Sonrió, mostrando que apenas tenía dientes.
Ella, al levantar su mano derecha, creó una grieta, pero no era espacial. Era más bien una grieta similar a las almas.
No podía verse ni tampoco podía tocarse.
De esa grieta aparecieron 2 fuegos azules grisáceos que ella tomó con sus manos.
Eran almas. Eran intangibles, pero aún así ella podía interferir con lo intangible.
Después de eso, la grieta se cerró.
—Ah... Tan hermosas las almas. También son muy deliciosas... —Llevó ambas almas a su boca y las tragó.
No eran alimento. No pudo sentirlas bajar.
Tan solo sintió que se unieron con su alma, dándole más tiempo de vida.
—Almas viejas. Malas —Mostró una siniestra risa con su voz de anciana. —Pero estaré satisfecha por ahora. La otra Yaga me contuvo por semanas. Maldita... Jiji
Ella era la tercera personalidad de Yaga. Aquella personalidad generada por la perdición de la Yaga original.
Ella también fue una de las 3 que le dieron nacimiento al Gremio oscuro, así también como aquella que nombró la organización.
Aunque era conocida como vieja Yaga, ella simplemente se hacía llamar Yaga como sus otras personalidades.
—Ahora que lo pienso, Eden murió en una misión. Zayra estaba también. ¿Por qué no he recibido información acerca de eso? —Miró sus manos. Estaban tan flacas que los huesos se marcaban sobre su piel. —No. No es eso. Me debieron dar información. Eso significa que... la otra Yaga estaba al mando
Con su dedo índice derecho, escribió runas mágicas mentales en su frente.
Gracias a eso, usó una telepatía a larga distancia.
—Vieja Yaga
La persona que recibió su telepatía fue una mujer. Tenía una voz somnolienta.
—Salem. Eden murió. ¿Qué pasó con Zayra? —Preguntó Yaga. —Responde rápido. Odio hablar con ustedes niños
—¿Se lo habré dicho a la otra tú...?
La telepatía se acabó. O más bien, la conexión que Yaga creó con la mujer llamada Salem fue cortada.
—¿Me cortó la conexión? no. Salem no haría esa estupidez
Borró las runas mágicas mentales en su frente para volver a hacerlas.
Volvió a intentar conectarse con persona llamada Salem, sin embargo, nunca la alcanzó.
La conexión se hizo débil hasta desparecer.
—Alguien está interfiriendo. ¿Es con runas mágicas? —Volvió a borrar las runas mágicas. —De ser así, esa persona debe estar en la base. Justo debajo de mi
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Ouroboros
FantasíaOuroboros, un peón del imperio de los monstruos, lucha en el campo de batalla con el único objetivo de sobrevivir gracias a su única habilidad.