Capitulo 173: El mejor asesino

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Clyde llevaba unos pocos meses sin ver a ese felino que tanto lo había ayudado.

Pero, en vez de ver un rostro amable, vio la máscara del asesino más peligroso de todo el continente.

No bajó del techo. No se movió. Se quedó donde estaba.

—Dreg. Antes que nada, me gustaría decir que...

—Ya lo sé —Dreg interrumpió a Clyde. —Ouroboros me contó del felino llamado Tasmania

Clyde miró a Ouroboros y le mostró una sonrisa llena de agradecimiento.

A él se le hizo difícil decirlo. Al tener a Echo de frente era que lo iba a decir.

Por suerte, no tuvo que hacerlo. Su hijo ya lo había hablado con Dreg.

—Hay que debilitarlo. Después de eso, debemos destruir la máscara —Explicó Clyde. —Es más fácil decirlo que hacerlo, pero lo intentaré

—Los estuve esperando —Echo bajó del techo. —Clyde. Clair. Zero. Dreg. Zayra

—Soy Ouroboros. No Zayra —Ouroboros lo corrigió.

—Ouroboros... tu alma es similar a la de Zayra —Dijo Echo.

No es similar. Es idéntica, pensó Echo.

—No tenemos tiempo para hablar —De los hombros de Clair apareció fuego dorado. —Voy a terminar lo que no pude terminar en la base...

—Clair. Estamos de acuerdo. Yo también terminaré lo que este cuerpo me impidió

Echo no tenía más nada que decir. En primer lugar no tenía nada que decir.

Por eso, decidió atacar primero.

La velocidad de Echo con el cuerpo de Tasmania no era superior a la de Gale. Después de todo, hasta Ouroboros logró verlo a tiempo.

Pero, todo fue gracias al entrenamiento que tuvo con su madre.

Gracias a eso, su percepción mejoró.

Ouroboros sacó su daga. Luchar de frente contra Echo era un suicidio, pero quiso ayudar.

Echo atacó con sus garras. Fue directamente al cuello de Clair.

Clair dio un pisotón, levantando fuego dorado del suelo.

Empujó a Echo hacia atrás y después lo atacó con una patada cubierta de fuego dorado.

Iba a atacar a Clair, pero Clyde se lo impidió.

Atacó con un puño directamente a su rostro.

Echo se echó a un lado, luego se agachó para evadir una patada de Clair desde atrás.

—¿Eh? esto es de... locos —Dreg se quedó boquiabierto al ver la batalla.

—Lo sé. Yo también me siento así en ocasiones —Dijo Ouroboros. —Entrar allí es un suicidio. Lo sé

Zero embistió contra Echo. Intentó mantenerlo a raya para que los demás pudieran atacarlo.

Aún así, Echo golpeó la espalda de Zero con tal fuerza que no pudo evitar compararla con la primera vez que luchó contra Haze.

Eso no lo detuvo. Intentó atacar a Echo con un gancho.

Antes de poder hacerlo, recibió un puño en su rostro y una patada en su pecho.

Echo corrió en zigzag. Se acercó a Clyde y lo atacó con sus garras.

Clyde saltó hacia atrás y entró en su propia sombra.

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