Potter?|| Draco Malfoy |Traducción.

»35«

Traté de mantener la atención de Harry en mí mientras caminábamos por el castillo al día siguiente.  Ver esas insignias de 'Potter apesta' no era algo que lo hiciera sentir más seguro.  

Negué con la cabeza ante la risa del grupo de Hufflepuff mientras su insignia cambiaba de 'Apoya a Cedric Diggory - El verdadero campeón de Hogwarts', a la cara de Harry.  

Mis arduos esfuerzos terminaron siendo en vano tan pronto como entramos al patio, justo en un grupo de estudiantes que los usaban.  Harry inspeccionó las insignias por un segundo, mirando la foto de Diggory antes de que cambiara a la suya.  Frunció el ceño ante lo que vió, pero no pareció ser capaz de desviar su atención de ellos.  

-Vamos. -le dije suavemente, empujándolo en la dirección en la que se suponía que debíamos ir, y suspiró.  

-¿Por qué tan tenso, Potter?. -Ninguno de los dos se detuvo ante el sonido de la voz de Malfoy, sino que simplemente pusimos los ojos en blanco.  -Mi padre y yo hicimos una apuesta, ¿sabes?. -Solo lo vi ahora, sentado en uno de los robles mirándonos.  -Le dije que no durarías ni diez minutos en el torneo. -dijo, con una sonrisa en su rostro y Harry se detuvo ante la mención de la competencia.  

Me detuve justo cuando él lo hizo, secretamente deseando que hubiera seguido caminando.  Pero supongo que ninguno de los dos era bueno ignorando al chico rubio cuando estaba actuando tan molesto como ahora. 

-Él no está de acuerdo. Él piensa que no durarás cinco. -Saltó del árbol, más bien con gracia tuve que admitirlo, y sus matones lo rodearon de inmediato.  

Con una sonrisa siniestra en su rostro, Malfoy comenzó a caminar hacia nosotros unos pasos.  Me dio una mirada rápida, pero se vio obligado a mirar a Harry mientras corría hacia él.  

-¡Me importa un carajo lo que piense tu padre, Malfoy!. -Siseó, la ira en su voz era prominente.  

Mi hermano lo empujó, y Malfoy tropezó unos pasos hacia atrás, la expresión de sorpresa en su rostro se convirtió en un profundo ceño poco después.  Estaba bastante impresionado de ver esto yo misma, pero orgullosa de Harry de todos modos.  

Era hora de que se defendiera a sí mismo.  Y ver a Malfoy indefenso así tampoco dejaba de traer una sonrisa a mis labios.  Harry continuó.

-Es vil y cruel. Y tú eres patético. -Se volvió hacia mí y le di un pulgar hacia arriba, con una sonrisa de orgullo en mi rostro mientras se acercaba.  

Una mirada a Malfoy hizo que mi cara se volviera amarga de nuevo, y al igual que él estaba buscando a tientas para sacar su varita, yo también lo estaba.  

Observé divertida como el orgulloso y arrogante chico se convertía en nada más que un lindo y pequeño hurón con el que jugaba el profesor Moody.  

-Piense rápido, señorita ... Potter. -dijo Moody sin siquiera mirarme, concentrándose en la tarea que tenía entre manos.

Harry y yo teníamos grandes sonrisas en nuestros rostros, sabiendo que esto era 100% lo que ese chico merecía.  Ni siquiera se calmaron cuando la profesora McGonagall se involucró en todo el problema.  

Todo el patio se reía en este punto, viendo al hurón levitar en los pantalones de Crabbe.  E incluso cuando McGonagall devolvió a Malfoy a su forma original, la gente seguía riendo y riendo por todos lados.  

El profesor Moody lo estaba persiguiendo alrededor del árbol un par de veces antes de que el rubio saliera corriendo, fuera del patio y probablemente hacia las mazmorras.  

McGonagall estaba regañando a Moody, pero sus ojos estaban en Harry y en mí todo el tiempo.  Cuando se dirigía a salir del Courtyard, murmuró un "Tú. Ven conmigo".  en la dirección de Harry.  

Mi hermano me miró rápidamente, preguntándome si debería ir con él, y yo simplemente le di un empujón para que siguiera al profesor antes de que se perdiera de vista.  Corrió tras él de regreso al castillo, y desaparecí en la otra dirección hacia las mazmorras.  

-Creo que te prefiero más al revés. -dije con una sonrisa tan pronto como vi a Malfoy en uno de los pasillos que conducían a nuestra sala común.  

Estaba solo, apoyado contra una pared y murmurando cosas enojado para sí mismo cuando lo encontré.  Su cabeza giró en mi dirección, con odio en sus ojos mientras me miraba.  

-¡Tú!. -Escupió justo cuando me detuve junto a él en el pasillo casi vacío.  Los estudiantes fueron caminando de vez en cuando, pero no estaba tan lleno como lo estarían los pasillos principales a esta hora.  -¡¿Crees que es gracioso?!. -Me burlé.  

-Por supuesto que sí. Todo el mundo lo cree. -Vi al chico enojarse más y me reí entre dientes al recordar los eventos.  

-Te odio. -siseó, sus ojos se encontraron con los míos. -¡Te odio tanto como odio a tu hermano!. -Con un movimiento rápido, sacó su varita por segunda vez hoy, sosteniéndola justo en mi garganta.  

-No te engañes, Malfoy. -mi voz era tranquila mientras empujaba lentamente la varita fuera de mi garganta, mis ojos aún estaban fijos en los suyos.  

Mi mano estaba guiando la suya hacia el suelo.  Para mi sorpresa, no se resistió.  Tragó saliva, pero la ira todavía era prominente en su comportamiento.  Noté que sus ojos vagaban por el pasillo antes de que terminaran cayendo en la única puerta.  Pensó por un segundo, luego la abrió rápidamente con un simple hechizo, haciendo que su mano se deslizara fuera de la mía.  

Me empujó, lo suficientemente fuerte como para tropezar unos pasos hacia la habitación, pero lo suficientemente suave como para no caer del todo.  Una vez dentro, nos encontramos en una sala de almacenamiento.  Parecía que tenía bastante sin usarse, telas de araña cubriendo los pocos elementos que contenía.  No tuve mucho tiempo para inspeccionarlo más, sintiendo mi espalda empujada contra la pared una vez más.  

-Esto se está convirtiendo en un hábito, ¿verdad?. -Dije, haciendo referencia a las innumerables veces que habíamos estado en esta situación antes, mi cabeza inclinada hacia un lado un poco.

Ignoró completamente mi comentario, sus ojos cayeron a mis labios y permanecieron allí por un momento antes de mirarme a los ojos nuevamente.  

-Te odio. -gruñó de nuevo, esta vez con menos agresividad, antes de que sus labios se conectaran con los míos.  

-¿Me odias?. -Murmuré en el beso, disfrutando demasiado la sensación de sus suaves labios sobre los míos.  

Mi pregunta solo lo irritó más, lo que provocó que mi cuerpo fuera empujado contra la pared con más fuerza.  Se detuvo por un segundo, tomándose un momento para mirarme 

-No tienes idea de cuánto. -comenzó, pero se interrumpió y sus labios aterrizaron en los míos de nuevo.