Potter?|| Draco Malfoy |Traducción.

»117«

PUNTO DE VISTA DE DRACO

Esto no era como yo. Muy diferente a mí.

A Draco Malfoy no le importaba lo que les sucediera a los demás. No Usualmente. No perdió ni un segundo de su precioso tiempo ni siquiera pensando en ellos mientras él, él mismo, estuviera bien, y mientras su madre lo estuviera.

Pero fue diferente con ella.

Me importaba me importaba tan profundamente que preferiría destrozarme para no volver a sentir emociones si eso significaba que no tenía que sentirme así. Pero al mismo tiempo, fue reconfortante; como si realmente pudiera ser yo misma a su alrededor, despreocupada y feliz.

Me hizo sentir débil, vulnerable, pero no pude evitar sentir lo que sentía por ella. Y me enfermó, pero me curó de todos modos.

Ella parecía ser la única forma en que podía enmendarme, compensar mi pasado. Compensar mis errores y ser una mejor persona. Intentar serlo, al menos.

Ella me hizo querer intentarlo.

Por eso, mientras estábamos en la gran sala, me preguntaba si ella tenía algo que ver con esto. Si la traerían aquí, si la lastimarían, en lugar de preocuparse de si me lo harían a mí.

Realmente me sentí patético. Pero igualmente heroico.

Yo era su caballero de brillante armadura, ¿no es eso lo que dije?

Me habría burlado de mis pensamientos si el aire en la habitación no se sintiera tan escaso como ya. Si no estuviera parado a solo unos metros de nosotros, mirando por la ventana, con las manos apretadas detrás de la espalda, claramente esperando algo.

Mi mirada estaba apuntada hacia el suelo, sintiendo la presencia de mi madre todavía a mi lado, aunque, a diferencia de mí, ella miró hacia arriba; sostuvo su cabeza en alto, como siempre lo hacía.

Estaba orgullosa, siempre lo había estado. Muchos piensan que lo recibí de mi padre, pero estoy seguro de que fue su pequeño regalo para mí. El regalo con el que se entrometió mi padre, forzando un falso sentido de orgullo hacia las cosas equivocadas en la vida.

Jugueteé con mis dedos en los bolsillos de mi chaqueta. No tenía mi varita. Se la llevaron, lo que me hizo sentir aún más incómodo estando aquí; jugando todo tipo de escenarios en mi cabeza de por qué exactamente estaba parado aquí.

En una habitación sin nadie más que mi madre, mi tía y el mismísimo Señor Oscuro. Debieron de haber pasado diez minutos antes de que registrara dos pares de pasos, así como gruñidos ahogados y resoplidos antes de que se abriera la puerta.

Fui a darme la vuelta, mi estómago se retorcía al pensar en a quién podría ver, sin embargo, me detuve en seco en el segundo en que Él se giró; frente a mí, pero mirando a través de mí a quienquiera que acaba de entrar.

No me atrevía a mover ni un solo músculo; Casi se olvidó de respirar por completo cuando dio un paso hacia nosotros, una sonrisa torcida en su rostro, los ojos todavía detrás de mí.

El pequeño movimiento solo hizo que la marca en mi brazo ardiera, girando y girando en mi carne. Me di cuenta de que cuanto más cerca estaba, peor se ponía. Como si fuera un imán atrapado debajo de mi carne simplemente muriendo por adherirse de nuevo a su contra pieza.

La contraparte es El Señor Oscuro.

Sin embargo, aprendí a vivir con el dolor. Me dije a mí mismo que me lo merecía, incluso encontré una especie de placer enfermizo en esta retorcida forma de justicia. Entonces, no me estremecí, hice muecas o siseé de dolor cuando él dio otro paso hacia nosotros.