Potter?|| Draco Malfoy |Traducción.

»109«

-¿Los malditos Weasley, T/n?. -Gruñó de irritación, dejando caer la cabeza hacia atrás en visible molestia por mi plan. -No hay manera de que puedas hacer que me arrepienta más de esto. -luego suspiró.

-Bueno, definitivamente es donde van a llevar a Harry. -me encogí de hombros, caminando un poco más rápido para seguirle el paso mientras atravesábamos el campo.

-¿Cómo sabes eso?. -Se preguntó, claramente sorprendido por la información que dejé escapar.

-No es importante ahora, ¿verdad?. -Negué con la cabeza, esperando que dejara el tema.

Sin embargo, suspiró sonoramente, para mi sorpresa, no volvió a preguntar.

Estaba aprendiendo; Me gusta eso.

-Entonces. -comenzó, arrastrando la palabra cómicamente. -¿A dónde vamos entonces?. -Se detuvo justo cuando salíamos del campo bastante largo, y finalmente llegamos a algo que podría parecerse a un camino.

Un pequeño camino de tierra que conduce a lo largo y alrededor de los campos.

Fruncí el ceño ante su pregunta y me detuve junto a él.

-Lo siento, ¿acabo de imaginar toda nuestra conversación de ir a casa de los Weasley?. -Me pregunté en voz alta, negando con la cabeza de una manera divertida ante su aparente pérdida de memoria.

Se rió ruidosamente, poniendo los ojos en blanco. -¿Qué dirección?. -Corrigió, girándose dos veces como si eso lo apuntaría mágicamente hacia la madriguera.

Una risa seca escapó de mi boca, haciendo que sus ojos se clavaran en mí cuando la comprensión lo golpeó al mismo tiempo que a mí.

No tenía idea de qué camino deberíamos tomar. Demonios, ni siquiera sabía dónde nos apareció.

-No me mires así. -logré decir rápidamente, levantando mi dedo como para regañarlo. -Ni siquiera sé dónde estamos.-

Él suspiró. -No muy lejos de la mansión. -explicó, girando la cabeza para mirar hacia atrás, probablemente en la dirección en la que estaba su casa. -Es por eso que realmente deberíamos ponernos en marcha.

Asentí, dándome la vuelta una vez para tener una idea de lo que me rodeaba. Aunque, en lugar de ayudarme a orientarme, plantó una idea en mi cabeza.

Mis ojos se abrieron de emoción, jugueteando para agarrar adecuadamente mi varita.

-Está bien, entonces, no sé si esto funcionará. -comencé, rascándome la cabeza con la punta de mi varita mientras caminaba de un lado a otro con la esperanza de recordar el maldito hechizo.-De vuelta en Durmstrang, Alex, Oleg y yo solíamos jugar a las escondidas. Y, bueno, hice trampa. Casi todo el tiempo. -admití, ganándome una sonrisa de suficiencia de la rubia.

-Por supuesto que lo harías. -resopló, complacido por el pensamiento.

Puse los ojos en blanco y una leve sonrisa se formó en mis labios. -Cállate. -dije en voz baja, dándole una palmada en el hombro ligeramente. -De todos modos, hice trampa con este hechizo. Me llevaría a cualquier lugar o persona en la que estaba pensando en el momento de lanzarlo. -le expliqué rápidamente, y me di cuenta de que se dio cuenta de hacia dónde iba. -Si tan solo recordara la maldita cosa. -murmuré para mí mismo, suspirando en voz alta.

-¿Así que conoces el hechizo perfecto para llegar allí, pero no lo sabes?. -Se burló, inclinando la cabeza con una pizca de decepción en su rostro.

-Bueno, estoy trabajando en eso. -suspiré, negando con la cabeza por lo impaciente que estaba. -Es el sur, definitivamente. Vayamos al sur, y estoy segura de que recordaré ese maldito hechizo en el camino.-