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-¡Mentirosa!. -Fue lo primero que escuché, las palabras rugieron en la boca de Bellatrix antes de que ella le diera al duende frente a ella un corte rápido en la mejilla. -Considérate afortunada.- murmuró ante el gesto, antes de ponerse de pie de nuevo y alejarse. -No se dirá lo mismo de esta. -suspiró, mirando el cuerpo inmóvil de Hermione en el suelo.

Y antes de que nosotros, como grupo, pudiéramos acordar un enfoque, Ron lo hizo todo por su cuenta.

-Maldita sea. -murmuró antes de saltar y correr directamente hacia la bruja. 

-¡Expelliarmus!.-

Harry, Wren y yo nos reunimos rápidamente con él. Aunque, tan pronto como vi a Narcissa y Draco, ya no me servía de mucho.

No tenía ninguna justificación para dañar a ninguno de los dos. Después de todo, Narcissa fue quien me entregó mi varita la primera vez que escapé. Ella fue amable conmigo, pero se veía todo lo contrario mientras lanzaba un hechizo tras otro a Ron.

Y Draco... bueno, Draco era Draco.

El chico que tomó todas las decisiones equivocadas y el que amaba independientemente.

No pensé que ni siquiera se fijara en mí; demasiado ocupado desviando todos los hechizos que mi propio hermano le estaba lanzando. Por un momento, incluso pareció que Draco no iba a la ofensiva, en absoluto. Pero no tuve tiempo suficiente para observarlos más.

Y estaba a punto de unirme a Wren contra Lucius ella no tenía una varita y estaba yendo a un combate físico en cambio, pero no tuve la oportunidad.

-¡Detente!. -Bellatrix chilló, su fuerte voz resonando a través de la habitación que de otro modo estaría vacía. Todos nuestros ojos se dirigieron hacia ella, y observamos con horror cómo sostenía su cuchillo peligrosamente cerca de la garganta de Hermione. -¡Suelta tus varitas!.-

Una sonrisa enferma se extendió por su rostro antes de sisear una vez más. -¡Dije que las dejes caer!.-

Y todos lo hicimos.

Fue agridulce, ya que solo lo he tenido durante unos minutos en total, como máximo. Y fue solo cuando golpeó el suelo junto a los demás, y se le ordenó a Draco que los recogiera, que se fijó en mí.

Sus ojos se abrieron y su respiración ya temblorosa se aceleró aún más cuando nos miramos a los ojos. Vi sus cejas fruncirse en confusión, tratando de juntar las piezas dentro de un tiempo lo suficientemente razonable como para tomar una varita.

La mía era la última, más a la derecha y rápidamente enderezó la espalda después de levantarla; Pasando junto a mí solo para colocarse a no más de unos pocos pies detrás de mí. Su respiración seguía siendo tan fuerte que pude captarla.

No estaba segura si eso era porque estaba parado tan cerca o simplemente estaba respirando tan fuerte.

-Es Harry Potter. -susurró Bellatrix en voz alta, con un brillo de diversión en su voz. -Justo a tiempo para el Señor Oscuro. -Ante eso, ella sonrió. -Llámalo. -le ordenó, ahora con una amplia sonrisa en su rostro.

Cuando Draco no se movió, repitió sus palabras con un poco más de dureza. -¡Llamalo!. -Fue entonces cuando Lucius se subió la manga, revelando la marca negra en su antebrazo; listo para llamar a Voldemort.

Aunque un chirrido hizo que la sonrisa de Bellatrix cayera y Lucius dejara de hacer lo que estaba haciendo.

Mi mirada siguiendo la de ella, se arrastró hasta el candelabro, un elfo doméstico sentado encima de él; suelto.

Por un momento, temí que fuera Larbey. Pero no lo fue, afortunadamente.

Se estrelló contra Hermione y Bellatrix momentos después, ambos disparándose en pedazos cuando Bellatrix la soltó con un fuerte grito.

Potter?|| Draco Malfoy |Traducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora