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-Severus me dijo que vendrías. -dijo Madame Pomfrey con calma, llevándome a la enfermería, Draco en la única cama ocupada. -Estaba a punto de volver a levantarse y buscarte tan pronto como estuviera en la cama. -Ella explicó su estado inconsciente, ya que estaba muy consciente cuando salió del baño. -Así que le he dado un somnífero. No debería durar más de unos minutos más. Vamos, querida. Siéntate. -Ella calló, señalando hacia la silla junto a su cama.

Suspiré, un agradecido asentimiento fue todo lo que pude prescindir mientras me sentaba. Ella entendió y se apresuró a salir de la habitación y a su oficina sin decir una palabra más.

Casi parecía normal de nuevo. Lo único angustiante de él eran las oscuras manchas de sangre en su camisa blanca.

Mis ojos se desviaron de él, vagando por la habitación vacía mientras yo seguía mis pensamientos.

Pensamientos que me llevaron a pensar en lo que podría haber pasado si Snape no hubiera entrado al baño. Si no hubiera conocido la contra maldición con la que Harry maldijo a Draco en primer lugar.

Imaginarlo fue suficiente para hacerme estremecer, mi cuerpo temblaba levemente.

Y aunque Snape era en última instancia la razón por la que Draco había estado haciendo todo lo posible por ignorarme y evitarme, también era la única razón por la que seguía vivo. Y la única razón por la que pude sentarme a su lado en este momento.

Me sorprendí preguntándome si él también tenía la marca. Si Dumbledore lo sabía; si la Orden lo hizo.

Un fuerte sollozo me sacó de mis pensamientos, mi cabeza se volvió hacia Draco. Parecía agotado, sus ojos apenas abiertos mientras se estiraba una vez, sin haberme notado todavía.

Una vez que lo hizo, sus ojos se abrieron completamente, se encontraron con los míos mientras se sentaba derecho en la cama, su espalda apoyada contra el resto.

-¿T/n?. -Frunció el ceño y cerró los ojos con los ojos entrecerrados por un momento, ajustando su visión que apuesto a que todavía estaba un poco borrosa.

-Draco. -resoplé, inclinando ligeramente la cabeza.

-Estás aquí. -Sonaba confundido, el tono de su voz coincidía perfectamente con su expresión facial.

-Claramente. -asentí, levantando mi brazo frente a mí y mirando mi propio cuerpo para demostrar que lo estaba, con una pequeña sonrisa en mis labios.

-¿Por qué?.-

Fruncí el ceño ante su pregunta, preguntándome por qué la pregunta era necesaria en primer lugar. La razón por la que estaba aquí era obvia. Para mí, al menos.

¿Estaba tan acostumbrado a que nadie se preocupara por su bienestar en absoluto?

-Casi mueres, Draco. -Mi voz era suave, mezclada con confusión y, lo más importante, culpa, sabiendo que era culpa de mi propio hermano.

-Tal vez me lo esperaba. -se burló, tratando de sonar divertido, aunque las palabras salieron demasiado serias para eso.

Mis ojos se posaron inevitablemente en su antebrazo izquierdo, permaneciendo allí por no más de un segundo. Pero se dio cuenta, de todos modos, suspirando ruidosamente.

-¿Como te sientes?. -Pregunté rápidamente. Era una pregunta estúpida, pero la única que se me ocurrió lo suficientemente rápido como para evitar una conversación sobre la marca.

Todo este tiempo; todo lo que quería era saber qué estaba pasando con él. Y ahora que lo hice, haría cualquier cosa para olvidar, que volviera a ser el idiota irritantemente guapo. El que no era un mortífago.

Potter?|| Draco Malfoy |Traducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora