Potter?|| Draco Malfoy |Traducción.

» Epílogo«

14 años después

-Deja de preocuparte, estarán bien. -suspiré, dándole a Draco una sonrisa comprensiva desde el otro lado de la habitación. Sus codos se apoyaban en la encimera de la cocina, su cabeza descansaba entre sus manos perezosamente mientras no miraba nada en particular a su izquierda.

Arrugó la nariz ante mis palabras, aunque giró la cabeza para mirarme intensamente. -¿Lo harán?.-

-Oh, por supuesto. -enfaticé, la total impotencia en sus ojos me hizo levantarme de mi lugar en el diván para caminar hacia él. -¿Estaba bien cuando llegué por primera vez?. -Pregunté retóricamente, apagándome a la mitad de la pregunta mientras una sonrisa llegaba a mis labios. 

-Ahora que lo pienso, te conocí en mi primer día, así que no estoy muy seguro de...-comencé, con la voz llena de sarcasmo mientras observaba su reacción con atención.

La esquina de su boca se torció en una sonrisa solo por un segundo antes de que me interrumpiera bruscamente.

Enderezó la espalda, cruzó los brazos frente al pecho. -Te reto a que termines esa oración, señorita. -desafió, levantando las cejas mientras esperaba que yo tomara represalias.

Sin embargo, me alegré de que finalmente se relajara un poco; acostumbrándose a la idea de que sus hijos se vayan mañana a Hogwarts.

Tampoco es que fuera un concepto fácil de entender para mí. Pero seguro que parecía tomarlo peor que yo.

Cuando se dio cuenta de que no iba a decir nada más, tarareó contento ante el hecho antes de que sus ojos se encontraran de nuevo con los míos.

-¿Qué pasa con el quidditch?. -Él continuó. -¿Crees que van a formar parte del equipo?. -Reprimí el impulso de suspirar ante sus continuas preguntas como si no hubiéramos hablado de esto al menos cinco veces, recordándome a mí misma que era solo porque le importaba.

Y recordé momentos en los que eso era algo raro.

-Bueno, la adivinación nunca fue un tema importante para mí, pero ...-

-Ninguno de ellos lo estaba. -sonrió con orgullo y le di mi mejor giro de ojos, olvidándome por completo de lo que originalmente quería decir.

-Todo lo que sé es que no comprarán su entrada al equipo. -me encogí de hombros en tono burlón, levantando las cejas en consecuencia.

La sorpresa en su rostro fue rápidamente reemplazada por ojos entrecerrados y un ceño fruncido en sus labios, un suspiro exasperado acompañando la mirada.

-Realmente necesito hablar con tu maldito hermano acerca de mantener la boca cerrada sobre ciertas cosas. -murmuró irritado, apoyándose contra la encimera de la cocina con un movimiento de cabeza. -¿O fue Weasley, esta vez? ¿Wren, tal vez?. -Siguió, una ceja arqueada con interés ahora.

Sin embargo, sus preguntas solo me hicieron resoplar con humor, negando con la cabeza con incredulidad.

-Digamos que tengo mis fuentes. -me encogí de hombros, dándole un guiño justo cuando se escucharon dos pares de pasos corriendo hacia nosotros.

Adhara fue más rápida y se paró orgullosa ante nosotros antes de que su hermano hubiera atravesado la puerta. Sin embargo, dobló la esquina poco después, con un rostro tan expectante como el de su hermana.

Mientras ella rápidamente se quitó el mechón de rubio de la cara, probablemente caído en él durante su carrera por las escaleras, Rigel se llevó la mano a su cabello castaño con la esperanza de arreglar el desorden en el que estaba; en vano.