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La semana siguiente pasó volando más rápido que la primera.  Lo cual era una pena, ya que Snape había organizado la primera lección de tutoría mía y de Malfoy este sábado por la noche.  Realmente era un hombre cruel.  

A lo largo de la semana, pasé la mayor parte del tiempo con Wren;  sin ignorar al trío de Gryffindor, pero tampoco buscándolos.  Y eso definitivamente no tenía nada que ver con el comentario de Malfoy.  Al menos eso es lo que me dije a mí misma.  

En el tiempo que había pasado desde entonces, el rubio, lamentablemente, no cambió de opinión.  De hecho, parecía que estaba más concentrado que nunca para hacer que cada día mío fuera un poco peor que el anterior.  Y mientras luchaba y respondía lo mejor que podía, después de unos días me di cuenta de que no iba a ser una pelea que pudiera ganar.  Su orgullo y ego eran demasiado grandes para eso.  Por supuesto que no le dejé saber eso.  Para eso, mi orgullo y mi ego eran demasiado grandes.  

Ahora, caminaba sin entusiasmo por los pasillos hacia el salón de pociones.  Realmente no estaba ansiosa por esto, observando celosamente a los estudiantes que se reían a mi alrededor disfrutando de su tiempo libre.  

Abrí la pesada puerta de madera, pero para mi sorpresa me encontré con la espalda del profesor Snape.  Se dio la vuelta y pareció complacido cuando me vio.  

-Temprano. -observó. -Estoy gratamente sorprendido, señorita Potter. -Me sorprendió su actitud casi agradable, pero rápidamente volví a la realidad. -No es que tuviera expectativas para empezar. -Bueno, olvidalo.  

Sin decir una palabra más salió de la habitación, dejándome con los libros viejos y las decenas de calderos en los estantes.  Me dejé caer en una de las sillas con un bufido y saqué mis libros, la tarea que Snape nos había dado durante el fin de semana y una pluma.  

-Sabía que te gustaba, pero no sabía que estabas tan ansiosa por verme. -Dijo Malfoy cuando entró al salón de clases. 

-Tú también llegaste bastante temprano. -me reí y empujé la silla junto a la mía un poco más a la derecha.  

Puso los ojos en blanco mientras tomaba una de las sillas de la fila frente a mí y se sentaba al revés, con el brazo y la barbilla descansando sobre el respaldo.  

-Bueno, veamos qué tan tonta eres realmente. -Dijo, con una amplia sonrisa en su rostro.  

Tenía una de sus cejas arqueadas y me miró con algo cercano a la anticipación.  La siguiente hora la pasó con Malfoy pidiéndome que enumerara los ingredientes de varias pociones que ya debería saber de memoria.  Estaba en mi punto de quiebre, sabiendo un total de cinco recetas en total.  ¿Quién hubiera sabido que no tenía sentido tratar de actuar como estúpido para molestarlo?

-¡Vamos, Potter, es absolutamente imposible que no conozcas este!. -Anunció frustrado, su mano enterrada en su cabello rubio.  

Entonces, al menos esa parte de mi plan estaba funcionando;  incluso si no fuera de la manera que había imaginado.  

-¿Draft para dormir?. -Preguntó Malfoy, esperanzado.  

Mis ojos se iluminaron al darme cuenta de que sí conocía esta, de hecho, era la única receta de poción que había usado en la vida real.  

-¡Ingrediente estándar, moco de gusano flobber, ramitas de lavanda y valeriana!. -Respondí con confianza.  

-¡Bien, eso es!. -Él aplaudió, con una amplia sonrisa en su rostro cuando se dio cuenta de que mi respuesta era correcta y no solo una conjetura afortunada.  

Los elogios de Malfoy se sintieron bien.  Casi me hizo sentir orgullosa, como si hubiera logrado algo.  Sonreí, pero inmediatamente borré la sonrisa de mi rostro al darme cuenta.  Debe haber tenido el mismo pensamiento cuando la amplia sonrisa que lucía hace unos momentos se convirtió en su expresión naturalmente fría.  

-Eres peor de lo que pensaba. -dijo después de aclararse la garganta, sus ojos en cualquier parte de la habitación menos en mí.  

-Bueno, tampoco es que algo de lo que hiciste hoy me haya ayudado a mejorar.-  

-Oh, lo siento, ¿se supone que debo dejarte volar a una de las pociones de las que ni siquiera conocías los ingredientes?. -Preguntó sarcásticamente y yo simplemente puse los ojos en blanco.

-¡Lo menos que podrías haber hecho fue ayudarme con esta estúpida tarea que nos dio!. -escupí, recogiendo sugestivamente los papeles junto a mí y agitándolos frente a su nariz. 

Él los agarró de mi agarre agresivamente, su mano fría rozando la mía. Me detuve por un momento, observando la sensación que se formaba dentro de mí, sin saber muy bien qué hacer con ella.  

-¡Bien!. -Escupió en respuesta, y, sin otra palabra grosera, me ayudó. 

Hubo algunos comentarios astutos aquí y allá sobre la calidad y el contenido de mi escritura, pero este era Malfoy de quien estábamos hablando, después de todo.  

-Genial, ahora tu incapacidad nos hizo tener que preocuparnos por Filch también. -gimió una vez que comprobó la hora. 

Acababa de terminar el ensayo de cuatro páginas y lo estaba guardando con el resto de mis pertenencias, un logro que me hizo poner una sonrisa en mi cara. 

-Oh. -dije sorprendida por lo tarde que se había hecho, una sonrisa de disculpa en mi rostro. Yo lo siento. -

Se burló antes de levantarse de la silla y caminar hacia la salida.  Rápidamente agarré mis cosas cuando vi que me estaba esperando en la puerta y luego lo seguí. Regresamos con éxito a las mazmorras de Slytherin, sin encontrarnos con Filch ni con ningún prefecto que patrullara los pasillos.  Me reí cuando entramos en la sala común, la oleada de adrenalina disminuyó lentamente.  

-Eso fue absolutamente terrible. -dijo Malfoy con la cara en blanco justo antes de abrir la puerta de su dormitorio, con los ojos cansados ​​y el cabello desordenado.  

-No podría estar más de acuerdo. -dije, con una sonrisa en mi rostro mientras le daba una última mirada antes de desaparecer en mi habitación, lista para caer en un profundo sueño.

Potter?|| Draco Malfoy |Traducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora