Potter?|| Draco Malfoy |Traducción.

»124«

Esperaba mucho de esas lecciones con los Carrow, pero lo único que no esperaba era temer el momento en que terminarían.

Por otro lado, Wren no podía esperar; Ella estaba visiblemente ansiosa, probablemente preparando las preguntas con las que me bombardearía tan pronto como pusiéramos una distancia considerable entre nosotros y el salón de clases.

Su mirada seguía moviéndose hacia mí, su pierna rebotaba con anticipación, esperando que el sonido de la campana hiciera eco en los pasillos; señalando el final de la lección.

Me alegré de que Draco no pudiera molestarme acerca de a quién crucie, y cuándo lo hice y por qué lo hice. Por ahora, al menos, solo tenía que lidiar con Wren.

Sin embargo, eso también significaba que tenía que hablar de ello dos veces en el lapso de tiempo de probablemente unos pocos días; que tampoco era necesariamente mi definición de diversión.

Me sacó de mis pensamientos el fuerte sonido de la campana, de repente más ansiosa que nunca por salir de aquí. Todos los demás también lo estaban, aunque por razones muy diferentes.

Principalmente por el hecho de que un mortífago estaba enseñando esta clase, así como la anterior.

Podría decirse que los estudios muggles con Alecto Carrow eran peores que los de Artes Oscuras con su hermano gemelo. La mujer escupiendo tonterías durante exactamente noventa minutos seguidos.

Era incluso peor ver que la mitad de la clase estaba de acuerdo con su mierda.

Me senté más cerca de la puerta que Wren y, por lo tanto, también salí más rápido. Desafortunadamente, mi ventaja no me dio tanto tiempo como había anticipado, y ella me alcanzó apenas unos segundos después de que saliera por la puerta.

Y mientras mi paso se aceleraba y mis pasos se ensanchaban, también lo hacía ella.

-¿Hay algo que le gustaría compartir, T/n?. -Preguntó inocentemente, mirándome antes de mirar al frente de nuevo como yo.

Suspiré ruidosamente, mirando de reojo a Wren; con una expresión casual en su rostro, caminó a mi lado mientras su mirada parpadeaba por los pasillos y las paredes vacías, como si fuera la primera vez que caminaba a través de ellos.

No la culpé; ahora todo parecía diferente sin los cuadros que decoraban los pasillos, sin las velas que volaban sobre nuestras cabezas en el gran salón.

Por eso precisamente me dirigí afuera; donde no había cambiado mucho, honestamente. La orilla del Lago Negro todavía se veía exactamente igual. No podían mancharlo con sus rastros de magia oscura, no podían doblegar a la naturaleza para que sirviera de alguna manera a sus oscuros propósitos.

Seguía siendo tan hermoso como antes, las hojas de los árboles comenzaban a cambiar a hermosos rojos y marrones, la luz del sol brillaba en el agua. Parecía un mundo completamente diferente, lejos de lo que estaba sucediendo dentro de esos pasillos a solo unos minutos de distancia.

Fue sólo un alivio temporal, pero al menos fue algo.

Solo una vez que salimos, miré a mi mejor amiga a mi lado de nuevo, tragando saliva al pensar en la siguiente conversación.

-No estoy muy segura de lo que quieres que diga, ya sabes. Carrow lo hizo bastante obvio. -comencé, y ella desvió la mirada de la hierba para mirarme con una ceja arqueada.

-Bueno, hay algunas preguntas apareciendo en mi cabeza. -replicó ella, el sarcasmo entrelazó su voz. -¿Quién, cuándo y por qué diablos nunca me lo dijiste?.-

Me burlé, sacudiendo ligeramente la cabeza ante las preguntas mientras pensaba en cómo abordar esto mejor; cuál era la mejor manera de abordarlo.