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-Buenas noches, niños. -comenzó Dumbledore, el silencio cayó inmediatamente sobre el Gran Comedor cuando los estudiantes detuvieron las conversaciones que tenían para escucharlo. -Ahora, tenemos dos cambios en la dotación de personal este año. Nos complace dar la bienvenida al profesor Grubbly-Plank, quien se encargará de las criaturas mágicas mientras el profesor Hagrid está de licencia temporal.  -Fruncí el ceño, confundida hacia dónde se dirigía y vi a Harry hacer lo mismo en la otra mesa.  -También deseamos dar la bienvenida a nuestra nueva defensa contra la profesora de artes oscuras, la profesora Dolores Umbridge.  -Mis ojos se posaron en la dama vestida de rosa completo, y me reí por el contraste entre ella y Snape.  

-¿Cuándo finalmente le darán ese puesto a Snape? El pobre hombre lo ha estado buscando desde que tengo uso de razón. -dijo Wren riendo, asegurándose de estar lo más callado posible.  Sacudí mi cabeza, una sonrisa en mis labios también.  

-Probablemente no lo hayan hecho por nuestro bien, no lo maldecimos, ¿eh?. -Wren asintió, divertido.  

El sonido de una pequeña pero irritante risa hizo que mi atención volviera al frente de la habitación, donde la profesora Umbridge estaba sentada con una amplia sonrisa en su rostro.  No podría parecer más falso si lo intentara.  El sonido me irritó y arrugé la nariz.  Volví a desviar mi atención hacia Dumbledore mientras seguía hablando.  

-Y estoy seguro de que todos se unirán a mí para desearle buena suerte al profesor. -Hubo una pequeña pausa.  -Como de costumbre, nuestro cuidador, el señor Filch, me ha pedido que le recuerde ...-No pudo terminar su oración, la dama de rosa lo interrumpió carraspeando;  incluso entonces su voz era demasiado aguda.  Wren notó mi creciente disgusto por la mujer y me miró enarcando las cejas.  

-No confío en nadie que viste tanto rosa. -susurró, y asentí.  

Eso es exactamente lo que estaba pensando.  Se puso de pie, haciendo su camino para pararse al lado de Dumbledore, toda la habitación mirándola confundida.  

-Gracias, director, por esas amables palabras de bienvenida. Y qué lindo ver todos sus rostros felices y brillantes sonriéndome. -Por lo que pude ver, no había ni un solo estudiante con una sonrisa en el rostro.  -Estoy seguro de que todos seremos muy buenos amigos. -

Escuché a los gemelos murmurar un "Eso es probable", lo suficientemente alto para que la mayoría de las personas cercanas lo escuchen, y no pude evitar la sonrisa en mi rostro por lo mucho que irritó a la mujer.  

-El Ministerio de Magia siempre ha considerado que la educación de los jóvenes magos y brujas es de vital importancia. Aunque, cada director ha aportado algo nuevo a esta escuela histórica. -le dio a Dumbledore una larga sonrisa y un asentimiento, que él reflejó.  Incluso él parecía confundido por lo que estaba pasando. -Debe desalentarse el progreso por el progreso. Conservemos lo que debe conservarse.  Perfecciona lo que se puede perfeccionar.  Y podar prácticas que deberían estar prohibidas. -Ella termina su discurso con otra risita antes de volver a su silla, una sonrisa de satisfacción en sus labios. 

Dumbledore comenzó a aplaudir, y pasó un tiempo antes de que el resto del pasillo hiciera lo mismo.  Luego, continuó con su propio discurso. Apenas escuchaba. Eran más o menos las mismas cosas todos los años; él simplemente mezclaba el orden de lo que estaba anunciando, de verdad. 

Mis ojos vagaron alrededor de la mesa de Slytherin, tratando de encontrar algo más interesante para enfocarse en otros que no sean Dumbledore. Se posaron en Malfoy; solo porque él ya me estaba mirando. ¿O no? Estaba sentado unos asientos más abajo, en el lado opuesto de mí. 

Desde su perspectiva, el Director estaba  parado justo detrás de mí, por lo que podría muy bien ser que simplemente lo estaba mirando. Fue cuando puse los ojos en blanco y él frunció el ceño en respuesta que sabía que su atención estaba en mí. No rompí el contacto visual después, asegurándose de que sepa que no intimida.  

Sus miradas estúpidas, los ojos entrecerrados que podrían tener ese efecto en los de primer año, definitivamente ya no me desconcertaron.  Pareció irritado cuando se dio cuenta, y luego rompió el contacto visual y siguió escuchando a nuestro director.

Ya estábamos todos de regreso en nuestras salas comunes, pero era un poco temprano para ir a la cama.  Wren y yo estábamos sentadas en uno de los sofás de cuero oscuro frente a la chimenea, hablando de esto y aquello mientras disfrutábamos del agradable calor que irradiaba el fuego.  

-Finalmente el Ministerio está poniendo orden en Hogwarts, estaba casi seguro de que esta escuela era una causa perdida. -escuché decir una voz, y mi atención se centró en el chico rubio que se sentó con Blaise en el sofá de enfrente.  

Ni siquiera se molestó en decirle a los de tercer año que estaban sentados en él que se fueran;  lo hicieron automáticamente.  Puse los ojos en blanco.  

-¿No puedes hablar en serio?. -Me reí, y tanto Blaise como él voltearon la cabeza hacia mí.  

-¿Qué pasa, Potter? ¿Asustada de que esa cicatriz en la cara de un hermano tuyo finalmente esté entendiendo lo que le espera?. -Dijo con una sonrisa, aparentemente orgulloso del regreso.  Respiré hondo, tratando de recomponerme.  

-¿Y que sería eso?. -Pregunté, con los dientes apretados mientras veía su sonrisa convertirse en una carcajada total.  

-Azkaban, en el mejor de los casos. -se rió.  -Pero los ojos del ministerio en cada movimiento de ese lunático son un comienzo, supongo. -

Bueno, ahí va mi compostura.  

-Es mejor que cierres la boca, Malfoy, antes de que te obligue. -espeté, con los ojos entrecerrados y tan enojada que ni siquiera me di cuenta lo que mi oración podría haber implicado para todos los demás.  

-¿Es eso una amenaza?. -Pregunta, esa molesta sonrisa en su rostro.  

Esa sonrisa molesta y atractiva.  ¿Por qué tenía que verse así?  ¿Por qué tenía que verse así?  

-Es una promesa.-

Potter?|| Draco Malfoy |Traducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora