Potter?|| Draco Malfoy |Traducción.

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-Tienes algo mío; me gustaría que me lo devolvieras. -La voz de Draco me sobresaltó visiblemente; probablemente fue lo último que esperaba escuchar cuando notamos que Harry estaba hablando con alguien.

Estábamos parados detrás de una de las muchas pilas de cosas en la sala de requisitos, decidiendo ver cómo se desarrollaba la escena antes de irrumpir en ella.

Eso fue antes de que notáramos que era Draco, al menos.

Probablemente temiendo que saldría corriendo a la intemperie tan pronto como escuché su voz, Hermione apoyó una mano en mi hombro, dándome una sonrisa tranquilizadora que le respondí.

Ella siempre había sido la que menos me juzgaba. Y siempre lo agradecería.

-¿Qué pasa con el que tienes?. -Mi hermano replicó, y aunque asumí que estaban hablando de su varita, no estaba 100% segura.

-Es de mi madre.. -Draco se calló. Ahora estaba 100% segura. -Es poderosa, pero es... -comenzó, buscando las palabras adecuadas. -No es lo mismo. No me entiende del todo. ¿Sabes a qué me refiero?.-

Sus palabras me recordaron esa noche en su habitación en la mansión, y la forma en que habíamos hablado sobre la varita de su madre, entonces. El recuerdo podría haberme traído una sonrisa a la cara si la situación no fuera tan tensa.

-¿Por qué no le dijiste?. -Harry preguntó de repente, ignorando por completo las palabras de Draco y haciendo que frunciera el ceño. ¿Decirle a quien que?. -A Bellatrix ... sabes que fui yo. ¿Por qué no dijiste nada?.-

Un silencio incómodo siguió a las palabras de mi hermano, y todo lo que pude escuchar fue una segunda voz murmurando algo que era incoherente para mí desde la distancia.

Blaise y Goyle. Por supuesto, ¿Cómo podría olvidarme de ellos?

-Probablemente deberíamos... -insté, asintiendo con la cabeza hacia ellos mientras la tensión amenazaba con explotar en nuestras caras. Mis palabras fueron todo lo que se necesitó para que se movieran, y escuché a Hermione gritar un. -Expelliarmus. -incluso antes de que doblara la esquina.

-Intenta no matar a mi novio, ¿quieres?. -Grité por encima del ruido de los hechizos que volaban de un lado a otro mientras destrozaban varios objetos a nuestro alrededor. Draco ya no se ve por ningún lado.

Justo cuando las palabras salieron de mi boca, escuché a Goyle gritar un fuerte. -¡Avada Kedavra!. -justo en Hermione.

-¡Estupefacto!. -Envié de regreso, Hermione lo suficientemente rápida como para bloquear la maldición que él le había lanzado antes de que se escapara; Ron justo atrás.

Levanté las cejas con agradable sorpresa cuando la llamó su novia, y una amplia sonrisa se dibujó en su rostro mientras se encogía de hombros. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, Harry tratando de trepar por una de las pilas llamó su atención.

-¿Para qué estamos aquí?. -Me pregunté en voz alta, viendo a Harry y Hermione tratando de llegar a la cima. No es como si una tercera persona probara suerte ayudaría en algo; así que decidí que también podía quedarme aquí.

-Encontré la diadema de Rowena Ravenclaw. -murmuró Harry, más concentrado en no caer que en responder mi pregunta.

-¿Y crees que es un Horrocrux?.-

-Lo sé, ¡la tengo!.-

Pero en lugar de celebrar la victoria de sostener un Horrocrux en su mano, su atención se centró rápidamente en los vigorosos gritos de Ron que parecían acercarse bastante rápido.

-¡Goyle prendió fuego al maldito lugar!. -Gritó tan pronto como se fijó en nosotros, y mis ojos se agrandaron ante la luz naranja que se proyectaba en partes de la habitación detrás de él.