Nuevamente le agradezco a Matías por darme una mano, después de dejar a Ryan en su casa, llevamos a Alan hasta la casa de Matías para evitar que su madre lo viera en ese estado, además, no podía llegar a mi casa con mi novio medio ebrio de repente, cuando mis padres aún no lo sabían.
Luego de dejarlo durmiendo en el sofá, regresé muy temprano en la mañana pensando que se había despertado, y como no fue el caso, Matías y yo nos sentamos a discutir todo lo que había pasado ayer en la noche mientras mirábamos a Alan dormir.
Por supuesto el fue el primero de mis amigos en enterarse de todo, también me dijo que mientras no estaba habían pasado un montón de cosas confusas entre nuestro grupo de amigos.
—Llegaron estos tipos que parecían pandilleros y empezaron a rociarnos agua y espuma y todos enloquecieron, organizaron un concurso de bebidas y fue de locura, en las historias de Trianna podrás verlo todo —me comentaba.
—He estado tan ocupada que no pude ni revisar mi teléfono —admito dejándome caer sobre el suelo de madera.
—La parte más extraña fue cuando David se subió sobre la mesa y dijo por lo alto que estaba enamorado de Olivia —de inmediato miré a mi amigo con las cejas por las nubes mientras parpadeaba varias veces para confirmar lo que él me estaba contando.
—¡¿Hizo qué?! —contesté sorprendida —pero si ellos dos son como gatos y perros, el agua y el aceite, no hay forma.
—Esa misma reacción la tuvimos mi novia y yo cuando lo dijo, lo peor de todo es que a Olivia no le hizo ni gracia.
—Es obvio, Olivia odia las demostraciones públicas —recuerdo —es por que estaba ebrio, no es la primera vez que David dice tonterías mientras bebe.
—Pero tampoco es la primera vez que Olivia y él han estado envueltos en situaciones similares —dice Matías.
—¿A qué te refieres? —Pregunté con curiosidad.
Cuando va a responder, a ambos nos llama la atención un quejido particular, Alan abre a la par sus ojos y se toma unos segundos para recorrer el lugar en el que se encuentra hasta que su mirada se encuentra con nosotros.
—Buenos días, bello durmiente —lo saludo conteniendo las ganas de sonreír al ver su aspecto mañanero.
—¿Dormiste bien? —añade Matías.
—¿Dónde estoy? —pregunta Alan desorientado.
—En mi casa —responde Matías.
—¿Cómo llegué aquí y por qué me siento tan apretado? —dice tocándose el pecho.
—Porque estas usando una de mis camisetas —le respondo.
Alan se levanta para confirmar que lleva una camiseta gris ceñida al cuerpo.
—¿No era mejor usar una de Matías? —Pregunta.
—Eso le dije —responde mi amigo.
En respuesta me encojo de hombros —creí que sería más lindo si usabas una mía —respondo mientras profundamente me quejo porque mi camisa más grande le queda pequeña.
Así no es como funciona en las películas románticas. Pienso.
—Tu ropa está lavada —le digo luego de que se percatara de que no llevaba su pantalón — debemos hablar —le aviso.
Arruga la cara en desagrado —lo sé.
Entonces me acerco hacia él y me siento a su lado.
—¿Te acuerdas de lo que me dijiste anoche? —le pregunto.
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La venganza de los ex
Romance'' -¿Te digo algo?-me incorporo para observarlo mejor -me alegra que en esta relación no hayan terceros. Me mira con curiosidad-¿Terceros? -Ya sabes, esa o esas personas que aparecen de la nada para interferir y confundirnos. -Tal vez nosotros somo...