CAPITULO 67: ¿Dónde está Alan?

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Por favor escenas mágicas de las películas, que esta sea una de las veces que están a punto de descubrirte y no lo hacen.

Ruego internamente mientras maquino una forma de escapar sin embargo al escuchar rechinar la puerta del baño vecino entro en pánico y me arrojo entre el borde metálico que separa y a la vez conecta este baño con el siguiente, ya saben esa abertura que cuando tienes una emergencia y no tienes papel, la persona que está tu lado puede brindarte sin problema.

Al tocar el suelo mi mano hace contacto con agua que supongo yo proviene de alguna fuga del inodoro y aunque me resulta desagradable sigo arrastrando mi cuerpo hacia dentro, el intento de huida es detenido por el sonido del timbre.

—¡Vámonos! —Escucho decir a una de ellas que distingo por sus sandalias plataformas de color rojo oscuro.

Les siguen un par de zapatillas negras que estaban a punto de abrir mi puerta, no puedo sentirme más agradecida con el universo cuando las veo desaparecer de mi vista. Hago el esfuerzo por retroceder y levantarme, todo mi pecho incluyendo las puntas de mi cabello quedan empapados por el agua.

Es una sensación demasiado desagradable.

—Enfócate en lo importante —me ordeno a mí misma una vez estoy de pie, estar mojada no se comparaba a lo que recientemente acababa de escuchar, entonces ¿por qué no me sorprende? De algún modo me siento más tranquila porque al menos ya entiendo el por qué actuaban tan raro en mi fiesta; sabía que esos encuentros con Ryan y Sabrina no eran coincidencias, ellos provocaron que Alan se distanciara de mí.

Pero tampoco puedo eximirme de la culpa, total yo también debí haberle puesto atención a lo nuestro y no sólo centrarlo en planes de venganza, no me di tiempo de compartir con Alan como lo merecía.

Al revisar mi casillero maldigo internamente por no haber guardado reservas de ropa en caso de emergencia, no me queda más remedio que quitarme la camisa e ir en mi blusa básica de tirantes lo cual odio porque es demasiado descubierta y para este momento también se encuentra húmeda.

Los pasillos están vacío y cuando un consejero escolar se aproxima me apresuro a ingresar a mi clase, para mi desgracia la puerta estaba cerrada y la maestra de biología ya había comenzado a dar la clase, inhalo profundo antes de empujar la puerta y entrar.

Como lo presentía todas las miradas se detienen en mí, la maestra detiene su plática mientras me escruta de arriba abajo con una expresión nada agradable.

—Llega tarde —suena algo fastidiada.

Busco rápidamente el primer puesto vacío que encuentro y me siento al fondo de la clase. Presiento un castigo venir, ella detesta que lleguen tarde y también que la interrumpan. A tan sólo una persona de distancia el peso de la mirada de Ryan me hace mirarlo también, me siento extraña por la manera en que me mira.

¿Qué pasa con él?

Me controlo, tomo el bolígrafo y comienzo a prestar atención, no quiero pensar en  Ryan mucho menos cuando  Alan sigue dando vueltas en mi mente; normalmente cuando hay una discusión entre nosotros nos buscamos el uno al otro y lo resolvemos, pero esta vez es muy diferente y me preocupa.

Me veré obligada a ir a su casa.

—¿Qué pasa con tu ropa? —Esa voz...

A mi lado derecho observo a Ryan de un momento a otro Jeremiah estaba en el lugar donde hace tan sólo unos minutos había visto a Ryan.

  — ¿Que pasa de qué? — Inquirí en voz baja y sin mirarlo. 

La venganza de los exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora