Capitulo 70: ¿Podría ser...?

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¡Calor!

No entendía por qué pero mis poros pedían a  gritos un respiro, intenté moverme pero me sentía acorralada, algo estaba sofocando mi espalda, de nuevo hice un intento  pero no conseguí nada, algo largo y pesado se extendía desde mi cintura y envolvía mi estómago. Abrí los ojos, una respiración cálida acarició la parte trasera de mi cuello entonces cuenta de la posición en la que me encontraba.

—Alan —llamé con la voz tan ronca que aclaré mi garganta —…Alan — hice un segundo llamado pero él ni se movió.

Decidí revolverme repetidamente entre las cobijas de manera torpe y descontrolada —¡Quieta! —ordenó en un gruñido pero aun así su mano seguía alrededor de mí.

—Alan, prometiste dejarme donde Ava muy temprano —le recordé.

—¿Qué hora es? —Preguntó moviendo su camisa.

Estaba oscuro sin embargo era más visible la mesita de noche ubicada a frente a mí, extendí mi brazo libre para alcanzar mi teléfono y apenas la pantalla encegueció mis ojos con su brillo pude divisar los cuatro números en blanco debajo de 5 llamadas perdidas y +99 mensajes de whatsapp.

4:50 am —le dije confundida.

Alan se removió en un quejido apegando todo su cuerpo en mí. Literalmente TODO.

—Alan… —le advertí un poco más apenada —maldición Alan muévete un poco, estoy sintiendo absolutamente todo de ti contra mi trasero —me quejé.

Lo escuché mofarse a mi espaldas —¿y no te gusta? —Preguntó presionando mi pelvis contra él aún más.

—¡Qué demonios te pasa! —salté avergonzada arrojándole un almohadazo en la cara.

Él molesto se levantó, me quitó la almohada y se puso a horcajadas sobre mí reteniendo mis manos a ambos lados de mi  cuerpo, mis ojos solo podían admirar su expresión salvaje a pesar de las ojeras y de su aspecto mañanero.

—Eres realmente molesta cuando te despiertas —refunfuñó.

—¡Y tú eres demasiado empalagoso cuando duermes! Además de un pervertido — contraataqué mirando nuestra posición.

—¿Oh en serio? No deberías decir eso cuando te pasaste toda la noche empujándome con tu trasero —Dijo con cierta picardía.

—Yo… — lo miré con los ojos bien abiertos, no tenía nada que decir —¡llévame donde Ava! —exigí para ocultar lo avergonzada que estaba.

Alan sonrió mientras me liberaba —gané —dijo victorioso.

Le hice una mueca de disgusto mientras me incorporaba,  a la misma vez que él abría la puerta para recibir a Sam chillando de felicidad como si no hubiera visto a su amo en mucho tiempo.

Una vez la luz estuvo encendida me quedé un rato admirando la cariñosa escena y también me percaté de lo rojos que estaban los nudillos de Alan.

Sin poder con la curiosidad le pregunté muy extrañada—¿Qué le pasó a tus manos?

Él en un acto de reflejo procedió a mirarlas antes de responder…

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…Se dice que Alan West una vez Leah Parker abandonó la fiesta  se levantó con furia de la mesa y se arrojó inexplicablemente sobre Ryan propinándole varios y repetidos puñetazos, varios de los jugadores tuvieron que intervenir y con la cara roja y las manos levemente ensangrentadas Alan se fue.

Eso fue lo que oí de la boca de Ava.

—Es que no lo puedo creer ¿por qué él haría eso?

—Pensé que ya lo sabías —dijo Ava mientras  guardaba algunas sábanas en su armario.

La venganza de los exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora