76: FRESAS Y CHOCOLATE II

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ALAN.


Todo empezó con la extraña pregunta que me hizo Leah

—¿Seguro que estás bien, no tienes ninguna lesión o te duele algo?

Ella solo me preguntaba eso cuando estaba enfermo o veía los golpes que recibía en pleno juego ¿Por qué se preocupa tanto ahora? Tenía curiosidad pero también me generó ternura que lo hiciera, no pude ocultar la sonrisa al ver la cara que tenía.

—Estoy bien ¿Por qué preguntas? —dije para tranquilizarla.

—No es nada... —respondió desviando la mirada hacia los casilleros, pude notar que arrugó la cara.

¿En qué estará pensando?  Estaba a punto de preguntarle pero el timbre de inicio de clase se anticipa. Acabo recordando el examen de economía a primera hora y que debo llegar a clase antes que el maestro.

—Oye ¿quieres venir hoy a mi casa? —Leah pregunta cuando estoy a punto de despedirme.

—No puedo, debo terminar un trabajo de literatura que me cuesta entender — había postergado tanto ese trabajo que ahora era urgente que lo completara si quería seguir entrenando.

—Entonces yo voy a la tuya —responde rápidamente.

Estos días he pasado mucho tiempo con Leah y aunque lo disfruto mucho, me conozco y sé que terminaría distrayéndome y olvidaría mi tarea, no puedo permitirlo —Leah, sabes que voy a estar concentrado —le aclaro.

—No hay problema Alan. Si quieres te ayudo con literatura, me va muy bien y vemos clase con el mismo maestro —soluciona.

Su oferta me hace tan feliz que no me cuesta creerle —¿En serio? — Pregunto y Leah asiente en respuesta. Estaba agradecido. Si lo pensaba bien ella tenía razón, probablemente ya le habían dejado el mismo trabajo y sepa las respuestas.

Me estaba tardando, así que le di un beso en la frente, y me despedí asegurándole que la vería después de clases.

El maestro apenas organizaba sus cosas en la mesa cuando entré, pasé entre los puestos y me ubiqué en la parte de atrás donde estaban todos mis amigos.

—¿Estudiaste? —Pregunta Brook cuando nos saludamos.

—¿Tú qué crees? —Le respondí mientras me sentaba en la mesa del lado.

—Carajo —exclamó.

—¡Tsk! No me digas que yo era tu única esperanza —dije con diversión.

Pero el rostro de Brook se contrajo en una mueca seria de desagrado, estaba realmente preocupado.

—Hermano esto es serio, esta es mi peor materia y si no gano, no podré jugar en las finales. Este examen define mi vida.

—Parece que no soy el único que debe ganar una materia —le digo mirando a mi alrededor —¿Y los demás? —Pregunté al ver que faltaban varios de mis compañeros, Coleman y Johnson principalmente.

—Kozlov, nos separó —Respondió Brook con las manos en la cara.

 Por ese gesto supongo que otra vez se desveló en las carreras clandestinas...

Ahora tenía que hacer algo, no solo para salvar mi trasero sino también el de Brook.

—Muy bien estudiantes, no quiero hojas ni teléfonos sobre la mesa, únicamente bolígrafo y lápiz —Habló Kozlov, el maestro, mientras comenzaba a repartir las hojas.

La venganza de los exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora