CAPITULO 49:"Inténtemoslo"

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Alan.

Estoy perdido.

Mi cabeza no me deja dormir en paz y mis pensamientos viajan a cada hecho que aconteció durante estas semanas.

El centro comercial cuando me fui enojado, frustrado y confundido por Leah a quien abandoné en aquel arbusto, sus acciones no concordaban con sus palabras y me molestaba que ocultara o que verdad no sintiera nada y solo jugara a darme una falsa esperanza, ese día encontré a Olivia en una pizzería cercana; con ella he tenido una buena relación desde que la llevé a casa, la consideraba una persona tímida y reservada pero con tan solo tocar el tema perfecto me sorprendió su seguridad y franqueza. La hice subir a mi auto y le expliqué detalladamente lo que ocurría entre Leah y yo sin omitir cuando la besé en un acto impulsivo. El que Ryan moleste a Leah me saca de mis casillas, no le basta con el daño que hizo en el pasado y quiere más, pero mientras yo esté no permitiré que sea Leah a quien dañe de nuevo, ninguna chica merece sufrir por alguien como él.

Fingir ser el novio de Olivia me pareció una idea desquiciada incluso llegué a pensar que tal vez podría gustarle y aunque tuvo razón, su plan funcionaba a la perfección no me sentía cómodo, a veces me sentía como la peor persona del universo por lo que le estaba haciendo, por engañarla y hacer que se apartara tanto que estuve al borde de perderla.

Sabía que debía detenerme cuando sus ojos me miraron con desprecio y se negó a subir a mi auto, fueron inmensas las ganas de gritarle que todo era una farsa que sólo quería que admitiera que se siente como yo y ahora me alegra que lo haya hecho, me complace haberla besado sin moderación, perder el control hasta llegar al punto de casi demostrarle las ganas que le tengo, lástima que su madre se encargó de impedirlo.

<<Y no te metas en problemas Alan...>>

Las palabras que decía mi abuelo cada vez que me despedía él, jamás pensé que esa sería la última frase que me diría antes de irse, de que al cerrar esa puerta la sonrisa de mi abuelo nunca me volvería a recibir y que al regresar me encontraría una casa vacía junto con sus cosas en una bolsa y a Sam echado junto a su silla chillando, fueron los 2 años más difíciles de mi vida.

Si tan solo me viera ahora, haciendo travesuras junto a una chica solo por venganza y diversión.

Un lengüetazo me saca de mis cavilaciones, lo lejos que te puedes hundir en tus pensamientos, cuando menos lo crees estás pensando algo muy distinto. Otra lamida se apodera de mi rostro provocando que arrugue mis cejas, mis manos agarran el hocico de mi fiel compañero quien comienza a atacar mi cara con su lengua.

—Basta, basta, ya me levanté—intento detenerlo mientras hago el intento de abrir los ojos, al parpadear un par de veces veo los bellos ojos azules que me recuerdan a mi abuelo, es la mejor manera de levantarse. Sam comienza a lamer mi mano y jugueteo con él como es costumbre.

Escucho tres golpes en mi puerta y posteriormente mi madre abre suavemente —Hijo.

—Estoy despierto—aclaro al separarme de Sam

—Ven a desayunar, vas a llegar tarde.

—En seguida—paso una mano por mi cara cuando me siento en el borde.

—Y dile a Sammy que baje de tu cama sabes que no me gusta que deje pelos en ella—entrecierra la puerta para dirigirse a la cocina.

—Sam abajo—ordeno y volteo a mirarlo cuando hace caso omiso a mis palabras —vamos Sam bájate—mueve su cola sin siquiera moverse, me cruzo de brazos para que vea que es en serio —vas a meterme en problemas, eres tan terco como él ya veo porque te puso el mismo nombre. Abajo ahora—rueda boca arriba para que lo acaricie, su postura me saca una leve sonrisa —bien, tu ganas.

La venganza de los exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora