Capítulo 24.

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POV Carlos.

Sentía en mi interior un despliegue de sentimientos que no podía controlar, y que, en ocasiones, no podía identificar: a veces sentía miedo (en no gustarle), a veces sentía desesperación (por besarla), a veces sentía incertidumbre (por el futuro), a veces sentía amor (por ella)...

En el trayecto de vuelta, fueron pocas las palabras que nos intercambiamos. Estábamos cortados. Había sido una noche intensa para ambos... o al menos para mí. Espero que para ella también.

Cuando estacioné enfrente del bloque de pisos de su amiga, ambos nos miramos simultáneamente.

- Carlos, gracias por todo, por la cena y por tratarme tan bien - espetó con delicadeza. Me enternecía verla así.

- No me las des, es lo menos que puedo hacer - quería hablarle sobre el beso pero... no me atrevía.

Esta vez fue ella quien se acercó a mí, y de forma tímida, unió sus labios con los míos. El beso sabía a despedida, pero en ningún momento dejó de ser un beso increíble. Fue lo suficientemente intenso como para que me dejara embelesado. Al separarnos, ella rio con tan solo ver mi cara y yo reaccioné.

- Ahora entiendo por qué tu madre quería llamarte Venus... eres toda una diosa del amor. Vaya beso... - dije esto último sacándole los colores.

- Idiota, mira cómo me pones - espetó dándome un leve golpe en el hombro.

- ¿Te pongo?, tú también me pones - mencioné con una sonrisa pilla y guiñándole un ojo. Quería que sonara a broma porque todavía era pronto para... y tenía miedo de asustarla. No quería que pensara que voy a lo que voy. Y de hecho, no es así, tengo interés en conocerla poco a poco, sin prisas, dejando que las cosas fluyan lentamente. Pero eso no quita al hecho de que estaba siendo totalmente sincero.

Ella rio y negó con la cabeza.

- Buenas noches malote - se despidió recordándome el momento en el que me llamó "malo" mientras le agarraba por los muslos.

- Buenas noches princesa.

Me dedicó una última mirada antes de salir del coche, y vi cómo se alejaba y se dirigía hacia el portal. Yo no dejaba de seguirla con la mirada. Lo primero porque quería asegurarme de que llegaba bien, y lo segundo porque... a quién voy a mentir. La miro a todas horas. Es inevitable.

Se giró una última vez para verificar que seguía allí, y tras hacerlo, entró. Yo arranqué el coche y puse un poco de música de camino a mi casa.

POV Alicia.

Me dirigí al ascensor y entré en él. Entonces me apoyé en la pared metálica y suspiré. Por fin se había hecho realidad ese beso del que tanto había anhelado, que tantas veces ha soñado involuntariamente. Y no fue un beso cualquiera... fue El beso. Así de sencillo. Todavía tengo grabado en la mente esas palabras que me temo que van a estar presentes en mi cabeza día sí, día también... "me gustas mucho Alicia". Joder Carlos, y tú a mi... Dejaste una huella en mí cuando te vi por primera vez, y en ese instante supe que nuestras vidas iban a dar un giro de 360 grados. No sé de qué forma, pero tenía esa corazonada.

En el trayecto del ascensor, me di cuenta de que tenía un mensaje de Martina que me había mandado hace un par de horas y no lo había visto. Y me tensé. Mierda, a ver si se trata de algo importante y yo aquí en mi mundo de yupi sin enterarme. Me relajé cuando empecé a leerlo.

Martina: Corazón, soy yo, Martina! Me imagino que Carlos y tú os estaréis comiendo la boca - negué con la cabeza y reí. Me imaginaba su cara de perversa mientras redactaba el mensaje - así que seré breve que no quiero interrumpir y cortaros el rollo jeje. Me voy a dormir. Si por algún caso no vinieras a dormir aquí, no respondas a este mensaje, llámame directamente y así lo sabré y no me preocupo. Si no me llamas, entiendo que vienes. Cuando entres, cierra la puerta con llave - y me puso muchos corazones. Que bonica, como si fuera una mami.

Llegué al ático e hice lo que me dijo. Entré cuidadosamente, con los tacones en la mano para evitar hacer ruido, y con la otra cerré la puerta con llave. Me encaminé al baño para desmaquillarme, lavarme los dientes y para otros quehaceres. Y por fin llegué al dormitorio. Tenía ganas de quitarme el vestido, ponerme el pijama y acurrucarme entre las sábanas de la cama. Cuando me metí, me puse roja como un tomate con solo pensar que si tal vez hubiera llevado otro vestido... cuando Carlos me hubiera alzado, se me hubiese visto todo el pompis xd. Menos mal que el vestido de esta noche era largo, sino me hubiese muerto de la vergüenza.

Y reí cuando recordé la cara de Carlos al ver los platos tan elaborados que nos servían, se nota que no está acostumbrado a comer en restaurantes de ese tipo. No paraba de preguntar, "¿y esto qué es?", "¿y estás segura de que esto se come?", "¿y qué narices han hecho con el huevo?", era de lo más gracioso. Y me hacía feliz que conmigo se mostrara tal y como era, sin intentar parecer otra persona, sin miedo a que le juzgara.

Y cuando empezó a jugar con mi cuello... sentía que mi cuerpo se tensaba, que clamaba a gritos que no parara. Me puede. Me jode reconocerlo pero este chico me puede...

Dejé un mensaje a Laia y a Jorge, por separado, antes de irme a dormir. Les dije que tenía tanto por contarles, que no sabía por dónde iba a empezar. Y después de esto, bloqueé el teléfono, cerré por completo mis párpados y me dormí de manera ipso facta


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Hola!<3 Os traigo un nuevo capítulo!, ¿no es genial?

¿Qué tal pasaron el fin de semana? Yo bastante bien la verdad, lo aproveché para escribir y sobre todo descansar. También para jugar a videojuegos, soy muy friki:3

Actualizaré lo antes posible. Cuídense mucho, como siempre os digo. 

Hasta pronto:)

Besos, Echo. 

Diez mil estrellas (Ten thousand stars) | Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora