Capítulo 47.

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POV Alicia.

Caminaba desolada por el paddock, y me dolía profundamente estar así en un GP de Fórmula 1. Tenía que reunirme de nuevo con mi padre y sus amigos pero... sinceramente, no tenía ganas de ver a nadie, más que de llorar. Jamás pensé estar así con Carlos... es decir, si lo pensé pero, tal vez, ¿cuándo fuéramos pareja?, no en estos momentos que, en realidad, no somos nada... formal.

Agradecí que en esos momentos no hubiese mucha gente deambulando por la zona, porque en realidad, no tenía ánimo para estar haciéndome fotos por aquí y autógrafos por allá. Me gustaba pensar que, por un rato en mi vida, estaba pasando desapercibida entre los presentes, pero poco duró. Sin casi tiempo a reaccionar, me encontré con Max, Albon y Daniel hablando entre ellos. Al verme, por supuesto, no tardaron ni un segundo en llamarme.

- ¡Alicia! - gritó el holandés ilusionado.

Los tres pilotos empezaron a caminar hacia mí. En ese pequeño instante, decidí recobrar la buena cara con tal que no sospechasen y me preguntasen. No quería hablar sobre el tema.

- Pero bueno, Alicia, ¿cómo estás?, que alegría me da verte - añadió el australiano.

- Igual a mí, Daniel - contesté risueña - ¿cómo está tu móvil? - pregunté jocosa.

- Ya estaba ansioso por que lo tiraras de nuevo, con tal de tenerte cerca - respondió con humor el piloto mientras sacaba el teléfono de su bolsillo, con tal de enseñármelo.

- Perdón, ¿qué me he perdido con respecto al móvil de este tipejo? - interrogó Alex extrañado mientras señalaba a su amigo - por cierto, hola Alicia - y me regaló una sonrisa.

- Hola Alex - e hice lo mismo, alzando el rostro para mirarle, por supuesto, debido a la altura que el muchacho posee.

- Eh, Alicia, ¿cómo te va todo? - preguntó Verstappen mientras se peinaba los mechones de pelo que caían en su frente.

- Bueno - fatal, gracias por preguntar xd - bien, las cosas me van bien Max, ¿y a vosotros?, ¿ansiosos por la carrera de mañana?

- Sí, sobre todo este hombre que sale quinto - y el holandés señaló al piloto de Renault - ya puedes imaginar cómo está.

- Más feliz que una perdiz - afirmé mientras observaba la cara del piloto.

- Exacto - aclaró Max entre risas.

- Conmigo Christian no es que esté muy contento que digamos... - dijo el tailandés apenado, haciendo alusión al director de Red Bull Racing.

- Awww, no te preocupes, Albon - mencioné junto con un puchero - estoy segura de que el día de mañana harás una buena salida y adelantarás muchos coches - comenté con tal de levantarle el ánimo.

- Bueno, adelanta a todos los que quieras menos a mí, ¿vale? - dijo Ricciardo entre risas mientras apoyaba su mano izquierda en su hombro.

- Sí, lo mismo digo - añadió Max siguiéndole el tono humorístico de Daniel.

- Ai, ¡no sean malos! - dije divertida.

- No, si malo no soy, soy sincero - concluyó Daniel con una sonrisa de pillo mientras alzaba los hombros.

- Oye, Alicia - habló el holandés ganándose mi mirada - este domingo, después de la carrera, va a celebrarse una fiesta en una popular y prestigiosa discoteca de Londres, ¡tienes que venir! - e hice una mueca a modo de respuesta.

- Uf, no sé, Max... - y no pude seguir hablando porque con efusividad trató de replicarme.

- Nooo, no, no, ¡no aceptamos un no por respuesta!, además, nos lo prometiste - me replicó Verstappen indignado.

Diez mil estrellas (Ten thousand stars) | Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora